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Muere Bernardo, el ‘poeta de la Barceloneta’

El popular cantante llevaba cerca de un mes ingresado en el Hospital de Mar aquejado de una insuficiencia renal

Alfonso L. Congostrina
Bernardo, en la Barceloneta en 1988.
Bernardo, en la Barceloneta en 1988.Sergio Lainz (efe)

El poeta de la Barceloneta, Bernardo Cortés Maldonado, ha fallecido este viernes en el Hospital del Mar de Barcelona a los 83 años. Cortés era un músico callejero que gozaba de gran cariño y popularidad entre los barceloneses y que alcanzó la fama a nivel estatal a finales de los 80 gracias al nacimiento de las cadenas privadas, sobre todo Telecinco.

Bernardo, originario de Jaén, era un bohemio que se ganó la vida guitarra en mano cantando a vecinos y turistas en restaurantes situados en el litoral barcelonés. Un artista a la vieja usanza al que le encantaba que le reconocieran a pie de calle y siempre tenía sitio en sus bolsillos un pequeño calendario con su fotografía y el anuncio del restaurante donde amenizaba sobremesas.

La fama le surgió después de que el realizador Valerio Lazarov le descubriera y le convenciera para aparecer en innumerables programas de Telecinco cantando canciones como Mi Ovejita Lucera o Ay Corazón Corazón. Andreu Buenafuente utilizó luego la popularidad del poeta y le imitó en sus programas de televisión. El comunicador catalán creó a Palomino, una caricatura de Bernardo, interpretado por Oriol Grau. El cantante  original, en 2012 presentó el libro Poemas de la Barceloneta. Aun así, había escrito tres titulos más.

Cortés llevaba más de un mes ingresado en el hospital aquejado de una insuficiencia renal. Uno de sus vecinos denunciaba hace unos días en Facebook que el que fuera el gran embajador del barrio de la Barceloneta recibía muy pocas visitas en el centro en el que estaba. Hace unos días, estaba animado y sólo deseaba recuperarse para poder tocar su “novia la guitarra”. Muere uno de los símbolos de un barrio que fue construido por vecinos de uno y otro lado. Sus amistades esta tarde recuerdan mil y una anécdotas de Bernado. Entre ellas, aquel título del que siempre alardeaba: "Fue campeón de mecanografía en un concurso que se celebró en su Jaén natal, escribía a 523 pulsaciones por minuto”.

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