El gimnasio más polémico de Hortaleza

El proyecto para construir un centro deportivo de la cadena Go Fit en los terrenos de los Misioneros Paúles, en Hortaleza, se ha encontrado con un nuevo obstáculo. Primero fueron los vecinos los que se movilizaron —varias veces— para exigir la conservación de los edificios, algunos de ellos de mediados del siglo XIX. Luego llegaron las denuncias de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (MCyP) y del PSOE para pedir que se protejan los inmuebles, lo que modificaría el plan. Ahora, la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad ha paralizado cautelarmente el derribo de los inmuebles hasta que se realice un “estudio en profundidad”. La empresa que promueve el proyecto afirma que los elementos que se modificarán no tienen ningún valor. El Ayuntamiento les apoya.

“Estamos preocupados con el tema. Lo que hemos hecho ha sido paralizar todas las actuaciones para garantizar que no se tome ninguna decisión que sea irreversible”, explica la directora general de Patrimonio, Paloma Sobrini. “Un grupo de arqueólogos está estudiando la zona para datar todos los edificios, además hablando con los arquitectos del proyecto, porque lo fundamental es poder intervenir pero siempre con el respeto al patrimonio”, añade Sobrini. El organismo elaborará un informe para determinar si los inmuebles históricos deben ser protegidos.

La Junta del distrito de Hortaleza reconoce que “mientras el Gobierno regional estudie si procede incluir la zona al completo en el catálogo de protección, no se puede emitir licencia de obra”. Desde Desarrollo Urbano Sostenible responden a Patrimonio: “Que la Comunidad haga lo que tenga que hacer. Nosotros tenemos una propuesta que ha puesto encima de la mesa el distrito de Hortaleza y la estamos viendo y negociando con todos los actores implicados”.

La actuación llega tras una denuncia de la asociación MCyP contra el plan especial, aprobado en mayo por el Ayuntamiento con los votos de Ahora Madrid y PP. “Creemos que el casco histórico de Hortaleza es un yacimiento arqueológico, mientras que el convento de los Padres Paúles puede ser Bien de Interés Patrimonial hasta que se reelabore el catálogo municipal de bienes protegidos”, dice Rosa Domínguez, de MCyP y vecina. Domínguez apunta la importancia de que no se pierdan estas construcciones: “Son de los pocos edificios que se mantienen en pie del casco antiguo del antiguo pueblo de Hortaleza y aparecen en los planos de 1870, aunque pueden ser incluso anteriores”.

Javier Díaz, miembro de la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza, también se opone: “Los vecinos hemos hecho ya tres concentraciones de protesta, porque supone derribar edificios históricos del siglo XIX, y estamos recogiendo firmas”, señala. “Los edificios del perímetro, que son de ladrillo visto, son los que mantienen la identidad del antiguo pueblo, y todos se verían modificados o derribados”, denuncia.

La Junta de Hortaleza señala que “se han reunido con la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza para escuchar sus razones y lo seguirán haciendo” para intentar incluir sus peticiones en el futuro proyecto.

Antón Riesta, asesor de los Misioneros Paúles en el plan especial —junto con el arquitecto Miguel Zumárraga—, responde a las quejas: “El proyecto ha generado ruido porque la gente no se informa. El plan especial no cambia en absoluto el grado de protección de la parcela, que es de equipamiento dotacional privado. Si se hubiera cambiado el uso, habría que haberlo tramitado como modificación del Plan General de Ordenación Urbana [PGOU] en lugar de como plan especial”.

Según Riesta, el futuro edificio “respeta la protección de la parcela y actúa solo sobre elementos secundarios sin interés arquitectónico, como pajares y pequeñas dotaciones”, mientras que “la antigua casa de labor se mantiene completa en su estado actual”. Además, Riesta destaca que el nuevo gimnasio solo tendrá dos plantas, para no superar la altura de la iglesia, y estará retranqueado en la zona del templo católico “para que la plaza conserve ese ambiente rural”, pues pretenden “construir una dotación deportiva moderna que dé servicio a la gran demanda vecinal que existe”.

Mercedes González, concejal del PSOE y responsable del área de Urbanismo, discrepa: “Cuando aprobó el proyecto, el Ayuntamiento le bajó la protección a los edificios y eso no se puede hacer con un plan especial, tiene que ser con una modificación del PGOU. Creemos que se ha hecho mal”. Denuncia también que se acabará con árboles centenarios.

En la comisión de Urbanismo del 22 de febrero, González le espetó al concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo: “Le pido que reflexione y evite esta barbaridad urbanística y patrimonial”. Calvo respondió que no se ha dado licencia de derribo: “No hay ninguna licencia en tramitación sobre este ámbito”.

Alfonso Arroyo, director corporativo de Ingesport, matriz de los gimnasios Go Fit, explica que su proyecto para el área “respeta todas las reglas urbanísticas” y confirma que el derribo depende del visto bueno de Ayuntamiento y Comunidad. “Vamos a plantear un diseño con sensibilidad que respete el entorno. Además, será un centro de salud con gimnasio, piscinas, ludoteca y muchos servicios para el barrio”. En cuanto a los precios, señala que serán “muy asequibles, en el entorno de las tarifas públicas”.