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Los universitarios catalanes claman por una rebaja de las tasas

Centeneras de estudiantes exigen que se cumpla el mandato de rebajar las matrículas un 30%

La protesta de estudiantes ha provocado incidentes.
La protesta de estudiantes ha provocado incidentes. ALBERT GARCIA

Los estudiantes de las universidades públicas catalanas han parado este jueves para exigir una rebaja de las tasas de matrícula, que crecieron hasta un 67% en 2012 y permanecen congeladas desde entonces. Convocados por el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), unos 2000 estudiantes han salido a las calles de Barcelona para reclamar una bajada del 30% en las tasas universitarias, una demanda compartida por los rectores de las universidades y el Parlamento catalán, que también aprobó una moción con esta misma solicitud.

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El preludio de ayer en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) —los alumnos comenzaron el paro cortando los accesos al campus y consiguiendo un seguimiento del 80%, según el SEPC— se ha concretado hoy con un paro generalizado en todas las universidades públicas catalanas. Un portavoz de la UAB ha asegurado que el seguimiento ha sido total en ocho de las 13 facultades y en el resto, el paro osciló entre el 20% y el 66% de los alumnos. La Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat ha detallado que la Universidad Politécnica de Cataluña, la de Lleida y la Rovida i Virgili en Tarragona han seguido con sus actividades con normalidad. En la UB y en la Universidad de Girona solo ha habido paros en algunas facultades concretas, mientras que en la Autónoma de Barcelona y en la Pompeu Fabra los paros han sido generalizados, salvo algunos centros, hasta media mañana.

Los alumnos de la UAB han vuelto a parar, por segundo día consecutivo, la circulación por carretera y tren en los accesos al campus universitario. A primera hora de la mañana, decenas de estudiantes sindicados en el SEPC, vestidos de negro y con pasamontañas, han formado barricadas con contenedores en los principales accesos al campus. En la entrada principal, los primeros a los que han avisado de que no podrían acudir a las clases eran dos parejas que volvían de fiesta. "¡No queremos ir a clase, queremos ir a casa para dormir!", han espetado ante los huelguistas, que no les han dejado pasar para "no dar un precedente a los esquiroles". Aún así, desde detrás de los contenedores han matizado que se podía pasar por otra barricada, que era "más simbólica que otra cosa".

Por ahí han pasado los trabajadores del campus y algunos estudiantes, y aunque durante buena parte de la mañana las instalaciones estaban vacías, se han ido llenando progresivamente. La presencia de los Mossos d'Esquadra en el campus, que han llegado a desplegar las defensas pero que no han cargado contra los piquetes, ha mantenido alerta a los estudiantes en huelga, que han denunciado indignados que "no había intención de diálogo". Las fachadas de las facultades lucían pancartas en contra de la presencia policial en la universidad, y en contra de los altos precios de las tasas. "Exigimos de una vez que se aplique la moción del Parlament que pide la rebaja de tasas y que se equiparen los precios de grado y máster. Es una demanda de mínimos", ha explicado Mercè Terés, portavoz del SEPC.

Reducción de tasas acordada en el Parlament

"Ante unas tasas abusivas, hemos decidido pasar a la ofensiva", ha afirmado una portavoz del sindicato, en consonancia con uno de los lemas que también se han usado durante la manifestación posterior. Hacia las once de la mañana los convocantes de la huelga han desmantelado las barricadas para subirse al tren y dirigirse a la marcha prevista para mediodía, que ha arrancado desde plaza Universidad hasta la Universidad Pompeu Fabra, pasando por la secretaría de Universidades. Los alumnos, que han roto los cristales de una entidad bancaria, han coreado consignas a favor de una educación pública y han exigido que se bajen las tasas universitarias.

La reducción de los precios de las matrículas fue una demanda compartida en un manifiesto por la Asociación Catalana de Universidades Públicas (ACUP) y que llegó al Parlament el pasado abril apoyada por la mayoría de grupos. Sin embargo, la Generalitat siempre ha rechazado poner en práctica esta medida alegando que la tarificación de las tasas en función de la renta familiar (a más renta, más se paga) ayuda a compensar la bolsa de becas para los alumnos con más dificultades económicas.

De hecho, un informe del catedrático de economía de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), José García Montalvo, a petición de la propia Administración, ha constatado que la subida de tasas no aumentó el abandono.  "Los estudiantes pagan entre el 25% y el 0% (los becados), de media el 20%", apuntaba el secretario de Universidades, Arcadi Navarro, hace unos meses en el Parlament. Según García Montalvo, en una familia de cuatro miembros, sólo paga el 100% de la matrícula aquella cuya renta familiar neta sea mayor de 48.349 euros.

Terés, no obstante, ha criticado las justificaciones de la Generalitat y ha asegurado que el sistema de becas impuesto en 2012 "era una medida excepcional" para compensar la subida de tasas pero el gobierno catalán la usa ahora de "excusa para desobedecer al Parlament". Según la portavoz del SEPC, el 60% de los alumnos no reciben beca y alrededor de 3.000 estudiantes se han quedado fuera de la universidad al no poder asumir la subida de tasas en 2012.

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