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OPINIÓN

No, el tranvía no vale

¿Quién gana con la implantación del tranvía? Gana la Alcaldesa Colau

Un tranvía circula por la avenida Diagonal.
Un tranvía circula por la avenida Diagonal.ALBERT GARCIA

La conexión del tranvía por la Diagonal es un cuestión muy seria, que exige rigor y profusión de datos con aval técnico y académico que expondremos el próximo 6 de marzo en un acto en el Col·legi de Periodistes, pero tras leer el artículo de Xavier Vidal- Folch en EL PAÍS del lunes 22 de febrero —El tranvía es civilización— me atrevo a responder abandonándome también al estilo jocoso, desinhibido y provocador de su firmante.

Aparte de los “excitantes” excesos verbales empleados para descalificar a todo aquel que no piensa en esta cuestión como él y la alcaldesa Colau, sorprende una aproximación tan simple, e inexacta, y que contraste datos de manera tan deficiente. Argumenta que hay 16 ciudades europeas donde el tranvía se ha expandido en los últimos años, pero esto no es exactamente así: las grandes ciudades europeas tienen una red de metro densa y un servicio de transporte en superficie de Bus, y las que, además, tienen tranvía (Londres, París, Barcelona, Madrid, etc.) éste se articula como corredor metropolitano, conectando barrios o ciudades, nunca se implementa como eje de conectividad en los mismos centros neurálgicos.

Pone como ejemplo Boston, San Francisco, San Petersburgo, Lyon, Viena, Milán, Lisboa… El transporte público de Barcelona —uno de los mejores del mundo, sin discusión— es "muy superior" al de estas ciudades, por ello, afortunadamente, Barcelona no necesita un tranvía por el centro, ya que esta demanda ya está satisfecha por transportes que han demostrado ser más eficientes, de mayor capacidad y más baratos.

Otro ejemplo: asumir que el tranvía circulará a una media de 20 km/h por Barcelona, demuestra que el artículo se escribió después de escoger la reconfortante píldora azul y continuar en Matrix; como decir que el Tranvía transportará 222.000 viajeros y el Bus sólo 49.000. Aquí los “pajaritos” que le susurran al oído le han metido un gol por la escuadra. La comparación justa sería contabilizar los viajes en Tranvía realizados en el nuevo tramo (118.000) contra los viajes en Bus, los realizados por la hasta hace un mes prevista línea D30, más las líneas que ofrecen ahora servicio por la Diagonal (80.000). La distancia no es tan sideral. Pero hay una cosa que sus “pajaritos” no le han explicado, de estos 118.000 pasajeros que absorbería el Tranvía, el 70% ahora ya van en autobús, el 10% caminan eficientemente y el 8% no necesitaban hacer este recorrido; es decir, casi el 90% de los pasajeros potenciales del Tranvía no necesitan hoy este servicio. Vaya negocio! Señor Vidal-Folch, esto sí que es de buen “feriante ambulante”.

¿Quién gana con la implantación del tranvía? Gana la Alcaldesa Colau, que podrá escenificar su obra icónica y, sobre todo, ganan las empresas de obra pública, los fabricantes de trenes y los gestores privados de la infraestructura. ¿Sabe quién no gana? Usted y el resto de barceloneses que deberán cargar con sus costes y problemas. No, el tranvía no vale.

Joaquim Forn es portavoz del Grup Municipal Demòcrata.

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