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Las ‘startup’ catalanas, en busca de inversión

Eventos como el Mobile World Congress dinamizan el dinero, aunque faltan grandes fondos para el crecimiento de las nuevas empresas

Josep Catà
Ambiente de trabajo en una 'startup' barcelonesa.
Ambiente de trabajo en una 'startup' barcelonesa. Gianluca Battista

A pocos días de que empiece el Congreso Mundial de Móviles, que tendrá lugar en Fira de Barcelona del 27 al 2 de febrero, las empresas catalanas jóvenes y de base tecnológica (startup) acarician la oportunidad de explicar su proyecto a las grandes compañías. Entre móviles, tabletas y drones, los emprendedores podrán tomar el micrófono para hacer un pitch y dirigirse a ingenieros y programadores talentosos. Pero, sobre todo, les interesa sentarse con los inversores que estén dispuestos a financiar sus apps ya que Barcelona, aunque es uno de los principales focos de creación de startup de Europa, lucha por atraer a grandes fondos de inversión que ayuden a las empresas en su proceso de expansión y de internacionalización.

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La capital catalana concentra el 28,4% de las 2.663 startup españolas y es, según la Fundación Mobile World Capital, el quinto hub europeo del sector, después de Londres, Berlín, París y Ámsterdam. Barcelona también concentra más de la mitad de todas las inversiones en empresas emergentes en España, inversión (en un 59% de origen internacional) que se centra principalmente en empresas de Social Software, Mobile y Fin Tech. Aunque la inversión en startup en 2016 bajó un 12,9% respecto al año anterior, la cifra está en los 282 millones de euros, un 63% más que en Madrid.

"El ecosistema de Barcelona es muy favorable para la creación de startup, pero no es necesario nacer, crecer y vender en la misma ciudad, puedes ir a buscar fondos fuera", asegura Aleix Valls, director del Mobile World Capital. "Para conseguir rondas de financiación como la última de UBER, de 3,5 millones de euros, hay que ir a buscar dinero fuera, la cantidad de fondos que hay aquí es la que es", añade el director de la fundación, cuya misión es trasladar a la economía barcelonesa la riqueza que genera el congreso de móviles. Barcelona ha conseguido, según Valls, retener esta riqueza con la creación de un ecosistema de inversión, escuelas de negocios y programas específicos para empresas que puede hacer de la capital catalana uno de los grandes centros de talento de Europa.

En la ciudad, según los datos del Ayuntamiento, hay registrados 27 grupos de inversión y 33 aceleradoras o incubadoras. Las ferias satélite del congreso de móviles, como la 4 Years From Now y los programas y seminarios, son "eventos de referencia para un ecosistema maduro que necesita un altavoz", explica Valls. Estos eventos amplifican una red de emprendedores que se nutren de programas públicos y privados para conseguir financiación en el momento de lanzar la idea y en la aceleración. Entre estos programas, está mVenturesBCN, que acompaña cada año a cerca de 125 proyectos, o las incubadoras de Barcelona Activa o de bancos como el Sabadell.

Un ejemplo de empresa que nació y creció apoyándose en el ecosistema barcelonés es Tu&Co, la tienda de bricolaje en línea que ayuda a los clientes a escoger el producto y a instalarlo. El CEO de la empresa, Joan Gallego, explica que las dificultades para levantar inversión "dependen de a qué mercado te diriges, en España hay muchas rondas de 500.000 euros o de 1 millón". En el bricolaje hay mucha demanda en España, por lo que Tu&Co no necesitó buscar mercado ni fondos fuera. Empezaron con un capital de 10.000 euros y trabajaron en la aceleradora Connector y en la incubadora Growing Barcelona, programas en los que trabajaron con cinco mentores, la mayoría de los cuales acabaron invirtiendo en la empresa, que ya factura 2 millones de euros y quiere triplicar su oferta.

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No en todos los casos la empresa tiene el mercado tan cerca y puede contentarse con los fondos españoles. Maria Júlia Prats, profesora de Iniciativa Emprendedora en IESE, considera que "aquí hay dinero, pero a veces conviene irse para buscar talento y posicionarse globalmente", aunque admite que "sería bueno que en España hubiese alguna financiación de más largo recorrido".

Fronteras de financiación y regulación

"La comparación directa la tenemos en Londres, el gran foco de inversión donde es muy fácil levantar dinero en todas las fases de expansión", explica Prats, aunque recuerda que las comparaciones son odiosas: "Aquí hay empresas como Dietox, de comida ecológica o Shazura, de inteligencia artificial, que han crecido en Barcelona". Pone como ejemplo Park-clic, una compañía que vende plazas de aparcamiento ociosas a precios de descuento: "El desarrollo de su negocio es local, pero para ser global tendrán que buscar dinero fuera". Otras empresas, como Privalia, que en 2016 se vendió en una gran operación a Vente Privée, "nacieron y crecieron aquí, aunque con dinero externo", explica Prats.

Entre las formas de crecer, la profesora destaca la financiación mediante la red de inversores (llamados bussiness angels) la financiación por parte de grandes empresas o la que empiezan a dar los bancos. Una forma alternativa de financiación la constituyen los crowdfunding para startup, es decir, las pequeñas participaciones de muchos inversores. Ramon Saltor, CEO de The Crowd Angel, que ha ayudado a financiar proyectos de éxito como Glovo, Deliberry o Más Móvil, explica que en Barcelona se capta mucho talento y ayudas públicas, sobre todo en las fases iniciales. "Pero cada vez hay más inversores tradicionales que se pasan a la inversión en startup", asegura, y cree que casos de éxito como Waki, Wallapop o Cabify avalan el buen momento del ecosistema barcelonés.

"El problema, en comparación con otras ciudades, no es tanto la falta de dinero como el pobre entorno regulatorio", afirma Saltor, que explica que hay empresas, sobre todo las que dan soluciones de finanzas mediante una app (las llamadas Fin Tech, que fueron la gran novedad en el Mobile del año pasado), que se han ido a Inglaterra porque ahí hay una mejor regulación. "Aquí hemos empezado más tarde pero se están haciendo las cosas bien", añade. Desde la fundación Mobile World Capital, lamentan que, además, el marco fiscal español, en comparación con el londinense, "convence poco al inversor con los impuestos". Aún así, su director, Aleix Valls, pone en valor la oportunidad de ser una startup en Barcelona, sobre todo en la época del Mobile: "En Barcelona costará encontrar talento, pero es más sencillo que en otros ecosistemas".

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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