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CLÁSICA

La noche de Lowell y Wolfgang

La Orquesta y Coro Nacionales de España ofrecen el próximo viernes un seductor programa dedicado a Mozart con David Afkham como maestro de ceremonias

El director de orquesta David Alkham, en septiembre.
El director de orquesta David Alkham, en septiembre.ÁLVARO GARCÍA

Rendirse a Mozart es algo que no requiere demasiado esfuerzo. El compositor satisface al corazón y al intelecto incluso en el oído más profano. Mozart es un creador universal que genera una unanimidad casi insólita en la Historia de la Música. El clasicismo establecía, como transición entre el barroco y el romanticismo, un puente entre las estrictas normas de la armonía y las puertas abiertas al cambio a través del mundo de los sentimientos.

Los programas que incluyen obras de Mozart son una apuesta segura en las salas de concierto, pero por otro lado exigen estar a la altura en la ejecución en un público que conoce al compositor, que reconoce su estilo y que llega, en general, con altas expectativas en los intérpretes. No es esta una preocupación que atormente a la Orquesta y Coro Nacionales de España, que afrontará, seguro con gusto, un seductor programa el próximo viernes. David Afkham se encargará desde el podio de ejercer de maestro de ceremonias imprimiendo su visión del genio.

Para abrir boca, arrancará la velada con un Concierto para flauta y orquesta no tan habitual, el de Lowell Liebermann, estrenado en 1992. Una música tonal que se aleja de lo radical para el que será su gran estreno en nuestro país. 25 años después, este concierto sonará de la mano del flautista José Sotorres en el Auditorio Nacional e intentará encajar con una obra de Mozart de las que erizan el vello. El aliento se contendrá cuando se aproximen los primeros compases de la Gran Misa en do menor de Mozart. Una de las obras más hermosas compuestas para las naves de un templo con la grandiosidad de un arquitecto de sonidos con una audacia reveladora. Será el broche perfecto para una noche entre el ayer y el hoy, en la que solo disfrutar de una música excelente y que nos lleve a donde nos tenga que llevar.

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