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CON NIÑOS

Juegos en el espacio exterior

Poesía, teatro, danza, imagen digital, cuentos, ilustraciones, acrobacias… Diversas disciplinas que se citan en los escenarios y aptas para el público infantil

Instalación de 'Luna', que anima a jugar como si se estuviera en el espacio exterior.
Instalación de 'Luna', que anima a jugar como si se estuviera en el espacio exterior.

La cartelera deja resquicio para muchas artes que si bien no son escénicas pueden llegar a confluir en un escenario: poesía, teatro, danza, imagen digital, cuentos, ilustraciones, acrobacias… Diversas disciplinas para paladares diversos.

La poesía de Gloria Fuertes inspira el montaje Deambulantes o la verdadera historia de la poeta errante de la compañía madrileña La Cantera (Sala El Umbral de la Primavera; domingos 12.00). Dos actrices y dos músicas en escena desarrollan un argumento que habla de dos amigas vendedoras ambulantes de objetos disparatados. Hay piezas que no se han compuesto pensando específicamente en el público infantil, pero que por sus características lo atrae. Como el trabajo de la compañía francesa Adrien M & Claire B con el espectáculo Le mouvement de l'air, un sugerente despliegue de imágenes digitales con las que interactúan tres intérpretes que transitan entre la danza y la acrobacia. De gran intensidad visual, la obra celebra tres únicas funciones en los Teatros del Canal, dentro del Festival de Otoño a Primavera (el domingo, en horario infantil, a las 18.00).

El Museo ABC viene celebrando los primeros domingos del mes una sesión del ciclo Asalto a la Lectura, que propone la lectura en familia de algunos textos que luego se plasman en dibujos. Este domingo, Cuentos para niños artistas (de 11.30 a 13.30) se dirige a familias con niños entre 3 y 6 años. La propuesta parte de leer in situ cuentos sobre pintores y escultores famosos. Después se ilustrarán los cuentos propios.

Luna, una propuesta de Naiara Mendioroz y Javier Murugarren arranca el ciclo En Familia de La Casa Encendida. Se trata de una coreografía en la que cobra protagonismo visual una gran tela blanca, en continua transformación y que es a la vez escenografía, espacio, vestuario e intérprete. Recomendada para público de a partir de 3 años, el montaje sitúa la acción en el espacio exterior, en un viaje a la Luna en el que los niños acaban siendo invitados a jugar libremente en el espacio exterior.

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