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Barcelona compra el Teatre Tantarantana por 1,3 millones

La sala, en peligro por la especulación inmobiliaria, pasa a formar parte de la red de Fábricas de Creación artística de la ciudad

La sala Tantarantana.
La sala Tantarantana. CARLES RIBAS

El Ayuntamiento de Barcelona ha comprado el Teatre Tantarantana, la emblemática sala del distrito de Ciutat Vella que este año cumplirá su 25 aniversario. Con la adquisición, fraguada por 1,3 millones de euros, el Consistorio garantiza el futuro del espacio, que pasará a ser de titularidad municipal. El objetivo es que el Tantarantana se integre en la red de Fábricas de Creación de Barcelona desplegando la línea artística que le caracteriza, centrada en apoyar a las compañías emergentes y en atraer a nuevo público, anunciaron ayer el teniente de alcalde de Empresa, Cultura e Innovación, Jaume Collboni, y la edil de Ciutat Vella, Gala Pin.

“En las próximas semanas sacaremos a concurso la gestión del teatro”, explicó Collboni, para empezar a preparar la programación de 2017-2018. El Ayuntamiento ha comprado todo el edificio, ubicado en el número 22 de la calle de les Flors. El inmueble, de tres pisos, tiene licencia de actividad y hasta ahora era de dos hermanas, que barajaban venderlo: Al primer piso, Baixos 22, en el que se desarrollan la mayoría de funciones del Tantarantana (con capacidad para 107 espectadores), le quedaban 3 años de contrato. En el segundo piso una empresa realizaba fiestas privadas y el acuerdo finaliza este diciembre. El Consistorio pretende que los actuales arrendatarios lo dejen libre y que pase a formar parte también del Tantarantana, con lo que el proyecto ampliará su espacio. Por último, en el último piso, Àtic 22, que el Tantarantana utilizaba como espacio de exhibición además de local para la residencia de compañías, el contrato de alquiler finalizaba este junio.

De hecho, fue la inminente finalización del contrato del ático lo que motivó a los actuales gestores, dirigidos por Julio Álvarez, a dar la voz de alarma al Consistorio. Las dos hermanas propietarias ya tenían al menos dos ofertas de compra encima de la mesa. El Consistorio ha negociado la operación durante el último medio año. “El edificio habría sido comprado por un fondo de especulación inmobiliaria de esos que corren por la ciudad. Es nuestra forma de agradecer como ciudad al Tantarantana el valioso trabajo que realizan con escuelas y con entidades vecinales”, esgrimió.

El año pasado 85 compañías actuaron en la sala, que suele contar con un presupuesto de 510.000 euros. La temporada se saldó con 28.140 espectadores. “El Tantarantana es una pieza clave en la bisagra entre el Paralelo y el Raval, una apuesta por la cultura de proximidad que queremos desplegar y una herramienta de cohesión social”, afirmó Pin.

La concejal se refirió también a otras iniciativas similares de compra por parte del Ayuntamiento, como el último teatro barraca de Barcelona, el Arnau, o la adquisición frustrada del Teatre Principal. Con el anuncio, el Tantarantana será la oncena fábrica de creación artística de la ciudad. En total, la lista de equipamientos escénicos municipales suma ya 9 espacios, entre los que se encuentra La Seca, el Mercat de les Flors, la Sala Beckett o el SAT!.

En el Tantarantana cumplirá 25 años en octubre y sus actuales gestores preparaban ya los actos de aniversario. El proyecto nació en 1992 en la calle del mismo nombre, en el Born. En 1996 se mudaron a la calle de les Flors. En la actualidad se escenifican las obras Una casa a l'Est, de Laura Mihon, inspirada en la dictadura de Nicolae Ceaucescu, así como La nit d'Helver, de Ingmar Villquist, sobre un régimen fascista en un país centroeuropeo, y la obra para público familiar Diplo, de L'estenedor Teatre. Una de sus líneas más destacadas es el Cicló, ciclo para compañías independientes y autogestionadas.

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