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Fallece el ex director del Clínic, Joan Rodés

El hepatólogo coordinó en 2015 el Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C que abrió el acceso a los nuevos y carísimos fármacos

Jessica Mouzo
El hepatólogo Joan Rodés
El hepatólogo Joan RodésHospital Clínic

El hepatólogo Joan Rodés, ex director del hospital Clínic de Barcelona y del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS), ha fallecido este martes a los 78 años. Siempre estrechamente vinculado al Clínic, el médico construyó una brillante trayectoria profesional como facultativo e investigador —publicó más de 500 artículos científicos— que le mereció numerosos galardones a lo largo de su carrera, entre ellos el Severo Ochoa a la Investigación en 1990 o la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat en 2001. En 2015, Rodés se convirtió en coordinador del Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C y desencalló la enquistada crisis de los fármacos de la hepatitis C ampliando los criterios de acceso a los nuevos y carísimos tratamientos.

El médico barcelonés forjó su carrera desde el Clínic y para el Clínic: en 1968 creó la unidad de hepatología en el hospital, un servicio al que acabó catapultando a la primera línea de la investigación biomédica internacional; y en los años 90 fue uno de los artífices del IDIBAPS, que dirigió desde su creación (1996) hasta 2008, y de la Fundación Clínic para la Investigación Biomédica. "Fue un avanzado a su tiempo. Un visionario", explica el doctor Josep Maria Campistol, actual director del Clínic.

Pero además, Rodés compaginó su labor al frente del IDIBAPS con la dirección del propio hospital durante uno de los episodios más delicados para la centenaria institución (entre 2003 y 2008): tras varios años con un acuciante déficit sobre la espalda —más de 120 millones de euros en el año 2000— y la decisión del anterior director Joan Grau de cerrar 300 camas y reducir un 40% la actividad, al hepatólogo se le encomendó la misión de reconducir el hospital para garantizar su viavilidad y colocarlo de nuevo como centro de referencia de su área de influencia y de excelencia internacional. "Era la primera vez que un médico de la casa asumía la dirección del hospital. Era un momento en que el centro estaba en entredicho y gracias a él, a su trabajo y a su liderazgo, el Clínic pudo superar esa crisis tremenda", recuerda Campistol

Su trayectoria científica lo llevó también a formar parte de diferentes consejos asesores —fue presidente del consejo asesor del Ministerio de Sanidad en 2001— y presidente de la Asociación Europea e Internacional para el Estudio del Hígado. Sus líneas de investigación se centraron en la relación entre el alcohol y las dolencias hepáticas, las complicaciones de la cirrosis y las enfermedades provocadas por el virus de la hepatitis B y C. "Tuvo un papel muy importante en el desarrollo de la investigación traslacional por su interés en buscar la respuesta a los distintos procesos médicos y su búsqueda de la excelencia: él siempre decía que cuando se hace investigación, el resultado asistencial es mejor. Vinculó la asistencia a la investigación", señala el director del Clínic. Autor o coautor de más de 500 artículos originales y 67 revisiones, el médico compaginó su labor científica con su papel docente en la Universidad de Barcelona (UB) como catedrático de medicina desde 1968 y profesor emérito desde 2008. 

Fin de la crisis de la hepatitis C 

Su "última gran aportación a la medicina de este país", en palabras de Campistol, le llegó a Rodés en 2015, cuando fue llamado a filas por el entonces ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, para coordinar el Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C, la herramienta con la que se pondría orden y rigor científico al reparto de los nuevos y caros fármacos contra la hepatitis C. 

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Contra todo pronóstico, el Ministerio asumió la propuesta del plan estratégico coordinado por Rodés, que pasaba por flexibilizar el acceso a los fármacos de última generación no solo a los pacientes más graves —con nivel cuatro de fibrosis (F4)—, sino también a los enfermos catalogados como F2 y F3. "Era un hombre de consenso y estoy seguro de que tuvo un papel clave, importantísimo, en la propuesta de flexibilizar las medidas de acceso a los fármacos. El plan fue un éxito", concluye Campistol.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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