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Barcelona extenderá a 23 barrios más los planes de salud comunitaria

El Ayuntamiento quiere cerrar la brecha existente en esperanza de vida o embarazos en adolescentes tras el éxito de los programas actuales

Jessica Mouzo
El barrio de Torre Baró, en Barcelona.
El barrio de Torre Baró, en Barcelona.Joan Sánchez

Que jóvenes en riesgo de exclusión social participen en cursos de monitor de tiempo libre para alejarlos de las drogas, funciona. Que unos padres compartan sus dudas en un taller de habilidades parenterales para evitar malas conductas futuras de sus hijos, también tiene su recompensa a largo plazo. Ambas situaciones son ejemplos de salud comunitaria que, según los técnicos de salud pública, están dando muy buenos resultados en Barcelona.

El Ayuntamiento ya ha decidido reforzar los planes preventivos de Salud en los Barrios e inyectará, de aquí a final de legislatura, cinco millones de euros para poner en marcha acciones de salud comunitaria. La Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), por su parte, ha comenzado a analizar, junto a expertos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP), los resultados de la acción comunitaria en la salud. Además, el éxito de los planes actuales ha llevado al Ayuntamiento a extender estos programas a 23 nuevos barrios.

En una primera fase, el grupo de trabajo analizó y comparó los indicadores de salud de la Encuesta de Salud de Barcelona de 2001 y 2011. “En los barrios con fuerte acción comunitaria en salud (ACS), particularmente en las mujeres hay una mejora de la salud autopercibida mayor que en los barrios sin ACS, de tal forma que en 2011 no se observan las diferencias que se observaban en 2001 entre los dos grupos de barrios. También hemos encontrado que el consumo de drogas ilegales alguna vez en la vida, en los hombres, parece haber disminuido más en los barrios con fuerte ACS. Otros resultados también apuntan a que la ACS podría ser un elemento favorecedor de la reducción de las desigualdades sociales en salud”, sostiene la investigación. El grupo de trabajo se ha embarcado ahora en un estudio de profundidad en algunos barrios desfavorecidos de Barcelona, donde también constata el éxito percibido de las acciones comunitarias.

Roquetes, por ejemplo, es uno de los barrios estudiados. Con una renta disponible que no llega ni a la mitad de la media de Barcelona, donde uno de cada cuatro vecinos es extranjero y con un alto porcentaje de ancianos viviendo solos, Roquetes es uno de los barrios con peor salud de Barcelona. La tasa de embarazo adolescente es del 37% (la media de la ciudad es de 8,6%) y la esperanza de vida es tres años inferior a la de Barcelona, según el informe. Con todo, el primer análisis de sus acciones comunitarias revela que el barrio cuenta con un tejido asociativo muy fuerte y un sentimiento de pertenencia al barrio en el vecindario muy alto.

Fomentar el autocuidado o mejorar los hábitos alimentarios de los vecinos son algunas de las directrices sobre las que pivotan las acciones comunitarias del barrio: talleres de cocina, promoción de remedios caseros, juegos de memoria, programas de ocio alternativo… “Todos los discursos concuerdan en una evaluación muy positiva (...). El consenso indica que el territorio ha conseguido construir una red cuidadora fuerte”, señala el informe.

También los tres barrios de la llamada Zona Nord (Ciutat Meridiana, Vallbona y Torre Baró) han sido inspeccionados desde la perspectiva de la salud comunitaria. Estos tres barrios son otras de las zonas de Barcelona donde más se cristaliza la brecha social de la ciudad. La esperanza de vida en Torre Baró es ocho años inferior a la media de la capital catalana y la tasa de embarazos adolescentes alcanza el 66% en Vallbona, cuando la media de la ciudad es de 8,6%. Sin embargo, también las acciones comunitarias han surtido efecto, según el informe de los expertos.

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La soledad de la gente mayor, seguido del consumo de drogas y los embarazos adolescentes son los principales problemas de salud identificados en esta zona de Barcelona. Programas como Activa't o Baixem al carrer para dinamizar a la gente mayor, el De marxa fent esport y Divendres alternatius para fomentar el ocio saludable y los talleres de salud reproductiva para adolescentes son algunas de las iniciativas que se han puesto en marcha. Los niveles de satisfación de los protagonistas son altos, especialmente bien valorado es el funcionamiento del ambulatorio local. También las acciones para prevenir embarazos adolescentes han tenido buenas valoraciones.

Pero estos barrios son solo un ejemplo de lo que se avecina en Barcelona en cuanto a salud comunitaria. El Consistorio desplegará proyectos comunitarios en 23 barrios de la ciudad. En algunos, como la Zona Nord o Roquetes, ya hay iniciativas de este tipo y en una decena de ellos los técnicos de salud pública harán un abordaje de la salud comunitaria por primera vez. Un grupo promotor diagnosticará las necesidades más acuciantas en cada barrio y desplegará los programas pertinentes en cada caso.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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