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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Urgencias sanitarias: del colapso a las soluciones

Muchos pacientes que llegan a urgencias seguramente no habrían llegado si hubieran podido tener un buen control en la atención primaria

Frente a la situación crónica y reagudizada de saturación de los servicios de urgencias de los grandes hospitales públicos de Barcelona, es necesario elaborar un buen diagnóstico de las causas y aplicar un tratamiento urgente.

Al Ayuntamiento nos llegan las reclamaciones y demandas de muchos ciudadanos que se quejan de esta situación y es por este motivo que hemos reclamado al Servicio Catalán de la Salud, a través del Consorcio Sanitario de Barcelona (CSB) —del que formamos parte—, participar en el análisis, seguimiento y abordaje de esta situación.

Pedimos que se constituya una comisión de estudio y evaluación de la gestión de las urgencias en la ciudad de Barcelona: creemos imprescindible que el CSB genere un grupo de trabajo con el máximo de agentes que puedan analizar todos los elementos que tienen impacto en la saturación de las urgencias hospitalarias, a fin de identificar las áreas de actuación y mejora. Que se defina un protocolo de información de situaciones excepcionales de saturación de las urgencias, para notificarlas a las diferentes administraciones, los actores del sistema sanitario y la ciudadanía. No puede ser que la principal fuente de información de estas situaciones sean las notificaciones espontáneas de los propios profesionales, pacientes y activistas mediante las redes sociales. Que se establezcan unos indicadores consensuados de seguimiento de las urgencias a compartir entre todos los actores y profesionales, de público acceso para la ciudadanía, para permitir la disponibilidad de datos fiables sobre la situación de afluencia, tiempo de espera y tiempo de permanencia, entre otros. Que se lleve a cabo una campaña de información para ayudar a difundir al máximo la existencia de los centros de urgencias de atención primaria (CUAP) y su alta capacidad resolutiva.

Los diferentes niveles de atención sanitaria son vasos comunicantes, si uno no funciona bien, los demás se resienten. El necesario diagnóstico nos ayudará a determinar problemas de estructura, de organización o de gestión de los hospitales, a analizar el potencial de la hospitalización a domicilio, detectar si no se liberan suficientes camas porque faltan recursos sociosanitarios para la atención a los subagudos y postagudos, o porque estos no tienen la suficiente rotación por la falta de recursos residenciales y de dispositivos de coordinación para la atención social y sanitaria en el domicilio. En este sentido, si consiguiéramos equiparar los esfuerzos que se dedican a la atención sanitaria y los que van a la atención domiciliaria y los cuidados posthospitalarios, y su reconocimiento social y profesional, seguramente un buen cuidado de los pacientes después de recibir el alta evitaría nuevos ingresos.

El diagnóstico también nos puede revelar que muchos pacientes que llegan a urgencias seguramente no habrían llegado si hubieran podido tener un buen control en la atención primaria. Es necesario dotar de los recursos y la resolución necesaria a los centros de atención primaria (CAP) y los CUAP de la ciudad para que puedan efectuar una gestión más adecuada de los pacientes crónicos y de las urgencias con capacidad para activar recursos domiciliarios o derivar a estos directamente a centros sociosanitarios y disminuir así la presión de las urgencias en los centros de atención especializada. Si el control médico y de enfermería de los pacientes ingresados en residencias geriátricas dependiera de la atención primaria de su territorio (como un domicilio más y con más recursos) ahorraríamos muchos sufrimientos e ingresos en los hospitales. Se garantizaría así un manejo de la urgencia en todos los niveles asistenciales y se aportaría más valor a la atención recibida por el ciudadano.

Los años de recortes y ahora el insuficiente crecimiento presupuestario, especialmente en la atención primaria, las políticas centralizadas y la falta de consenso en el diagnóstico y las soluciones, no son los fundamentos que necesita el abordaje de las urgencias en nuestra ciudad. Se necesitan cambios urgentes para reducir el sufrimiento de tantos pacientes y familias en su periplo por el sistema sanitario. Y es necesario también un cambio más profundo, de valores y recursos, que dé a la atención a domicilio y a los cuidados la importancia que realmente tienen en el sistema.

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Laia Ortiz es teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y Gemma Tarafa es comisionada de Salud.

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