_
_
_
_
_

Diario de un chef irreductible

Diego Guerrero acaba de conseguir su segunda estrella Michelin y de publicar su primer libro

El chef Diego Guerrero, en la cocina de su restaurante Dstage.
El chef Diego Guerrero, en la cocina de su restaurante Dstage.ÁLVARO FERNÁNDEZ PRIETO

Aunque Diego Guerrero (Vitoria, 1975) no es de Madrid, su carrera gastronómica está vinculada a la capital. Estuvo al frente del Club Allard, con dos estrellas Michelin, y se marchó. En 2014 abrió Dstage, en el barrio de Chueca; el pasado noviembre, el local obtuvo la segunda estrella. “Teníamos dos portadas diseñadas: una con una estrella y otra con dos”, reconoce el cocinero. Habla sobre su primer —“y hasta el momento único porque no sé si haré otro”— libro: Irreductible (Montagud Editores).

“Escribir un libro no estaba en mis planes”, reconoce Guerrero, que ha pasado dos años compaginando los fogones con este proyecto literario. “Buscamos una relación de confianza con los autores”, dice Javier Antoja, director de Montagud, firma con 110 años de publicaciones dedicadas a la gastronomía. “Surgió de una idea y ha acabado siendo un libro muy diferente a todo; no es un volumen al uso”, añade Antoja mostrando un ejemplar. Materiales cuidados, diseño, muchos textos —con colaboraciones de Andoni Luis Aduriz o Joan Roca— y un compendio de recetas en la última parte. “Están al final porque no es un libro de cocina. No quería hacer un recetario y que cuando saliese, yo ya estuviera en otra onda. Quería que la gente se inspirase al leerlo. Transmitir ideas, sentimientos, los valores que nos mueven... Que fuese inspirador”, dice Guerrero.

En la portada de Irreductible aparece un retrato del chef. “Si no me conoces, no relacionarías el libro con la cocina. Genera desconcierto. Es algo que nos debe gustar porque en Dstage no hay cartel. Y en DSpot [su laboratorio de investigación culinaria] tampoco. Nos gustan los carteles dentro”, dice Guerrero.

La publicación del libro le ha hecho mirar hacia atrás. Revisar su camino: “Veo que es complicado. Ha sido difícil. Ha habido miedos, mucho trabajo. Y también grandes satisfacciones”. “¿Cómo me puedo sentir? Cualquier palabra suena demasiado cursi; estoy satisfecho y muy agradecido por todo lo que pasa. Nos lo curramos mucho, pero podríamos currárnoslo igual y que no fuera así”. Reconoce que se cuestiona mucho las cosas y, aunque él no lo diga directamente, es un perfeccionista irredento.

Con el resultado de Irreductible está muy contento: “Me he implicado mucho. Hemos cambiado bastantes cosas porque no las terminaba de ver", cuenta. “A veces me daba miedo ser un pesado. Pero ahora siento que es mi libro”. Desde Montagud están contentos con el resultado: además de lanzarlo pocos días después de que le otorgaran la segunda estrella a Dstage, ya han vendido la mitad de la edición (5.000 ejemplares). “Como editorial es un lujo hacer esto”, reconocen.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_