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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Brillante elenco

El Ballet Nacional de Sodre de Uruguay interpreta magistralmente Coppélia

Dinámica, mágica, virtuosa y magistralmente interpretada resultó Coppélia, la obra que el Ballet Nacional de Sodre de Uruguay, (BNS) dirigido por Julio Bocca, ha elegido para su presentación por primera vez en el Gran Teatro del Liceo. Coppélia o La muchacha de los ojos de esmalte, ballet pantomima en dos actos y tres escenas, se estrenó en el Teatro Imperial de la Ópera de la Rue Le Peletier de París el 25 de mayo de 1870, en presencia del emperador Napoleón III. El libreto era de Charles Nuitter y Arthur Saint-Leon. La versión que ofrece el BNS en el Liceo hasta el martes es del cubano Enrique Martínez, que se estrenó en Nueva York, por el Brooklyn Academy el 24 de diciembre de 1968, y destaca por su dinamismo y complejidad de las frases coreográficas, heredadas de la tradición franco-rusa.

Coppélia es un ballet cruel, si se analiza el argumento, al igual que lo son las películas de Disney, sin embargo la versión que ofrece el BNS tiene la virtud de la inocencia que emana de sus jóvenes intérpretes y la dramática historia de Dr. Coppélius, enamorado de una muñeca, se tiñe en manos de Martínez con exquisito humor. Este ballet introduce por primera vez en su argumento un mundo de autómatas, temática que culminará en la inquietante historia del ballet Petruska.

Coppélia

Ballet Nacional de Sodre de Uruguay (BNS); Director artístico Julio Bocca; Coreografía de Enrique Martínez; Música de Léo Delibes interpretada por la Orquesta Sinfónica del Gran Teatro del Liceo, dirigida por Martín García; Libreto de Charles Nuitter basado en el cuento Der Sandmann (El hombre de los ojos de arena) de E.T.A. Hoffmann; Escenografía y vestuario de José Varona; Iluminación de Paulo César Medeiros; Gran Teatro del Liceo. Barcelona. 16 de diciembre

El cuerpo de baile del BNS hechizó al público por su disciplinado baile, su trabajo excelente de puntas y sus precisos y asombrosos giros y saltos. Las danzas de carácter como mazurcas, czardas, gigas y bolero imprimen una gran fuera y colorido. Unificar el estilo de más de setenta bailarinas en escena no habrá sido fácil para Julio Bocca, director de la compañía desde hace seis años, pero lo ha conseguido. ¡Bravo Julio! Destacó el excelente baile de la pareja protagonista en la noche del estreno encarnada por María Riccetto en el papel de Swanailda, virtuosa y con un mágica souplesse, y de Gustavo Carvalho, como un gallardo Franz. Sin embargo quien arrancó los aplausos más sentidos en el primer acto fue el español Ciro Tamayo, que cortó la respiración del espectador en la mazurca.

El último acto es una explosión de alegría y de buen baile en el que toda la compañía se une en una vital y acelerada danza rápida. El BNS junto a un emocionado Julio Bocca recibieron los entusiastas aplausos y sentidos bravos del público que llenaba el Gran Teatro del Liceo.

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