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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El retorno de la Biblioteca de la Dona

El colectivo Antígona aplaude la vuelta de la institución pero reclama actividad y participación

El retorno de la Biblioteca de la Dona a su emplazamiento original nos ha producido una gran alegría a las mujeres de Antígona. Nos evitará el largo recorrido que teníamos que hacer hasta su anterior ubicación. Pensamos que, además, sitúa la biblioteca en el lugar que le corresponde, el centro de la ciudad, por la importancia de la labor cultural que desempeña, que aconseja su fácil localización.

Nos ha causado extrañeza, sin embargo, que no se haya anunciado públicamente el traslado y no haber sido invitadas al acto de su reapertura. Nosotras, como muchas otras asociaciones de mujeres, que tampoco han sido invitadas, tenemos una relación muy estrecha con esta biblioteca que consideramos nuestra. Estuvimos presentes en su fundación en 1986, acudíamos regularmente en busca de información para el desarrollo de nuestra actividad asociativa o para proporcionarnos una buena lectura. Rápidamente se convirtió en auxiliar imprescindible para las personas que trabajaban temas de mujeres y género y para las universidades, que comenzaban a desarrollar los denominados estudios de género. También pudimos comprobar su positiva influencia en algunas mujeres en momentos cruciales cuando estaban intentando escapar del maltrato. Entonces, ciertas lecturas convenientemente seleccionadas, contribuían a la recuperación de su auto estima y su autonomía.

Cuando fue necesario defendimos su existencia, como en el año 2011, en la convocatoria de préstamo masivo para protestar por su posible cierre, participando junto a los casi dos centenares de lectores y lectoras.

De todas formas, la biblioteca ya está en su lugar emblemático, como deseábamos las feministas. Ahora corresponde hablar de sus funciones y, por ello, con la experiencia que nos da los años de usuarias de su servicio, quisiéramos dar algunas opiniones sobre su futuro.

El horario programado, de 24 horas semanales, no es suficiente para la previsible demanda que la biblioteca tendrá una vez esté regularizado su funcionamiento y esté a pleno rendimiento. Por otra parte, una sola bibliotecaria no está en condiciones de garantizar su funcionamiento (contando y respetando los supuestos de enfermedad, permisos, asistencia a cursillos, etc.). Por eso, creemos que requeriría otro técnico o técnica con la capacitación y especialización necesaria en un centro de investigación como este, en el que la pertinente información temática es imprescindible. Pues sería lamentable perder el prestigio de la biblioteca, que se basaba en gran medida en las exhaustivas y adecuadas respuestas que se daban a estudiantes, investigadores y profesionales, así como a una orientación lectora que intentaba aplicar el lema “a cada lectora, su libro”.

Quienes hemos continuado acudiendo a la biblioteca hemos podido comprobar que, desde los inicios de la crisis en 2010, no se han adquirido libros o su compra ha sido tan escasa que no lo hemos notado. Las nuevas aportaciones son imprescindibles para los estudios e investigaciones en un mundo que avanza a velocidades de vértigo.

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Por otra parte, las novedades literarias son necesarias para que la biblioteca resulte atractiva. La actualización continua del material bibliográfico es muy rentable porque pone en valor el fondo general de la biblioteca al permitir comparar las nuevas publicaciones con otras clásicas. En este sentido, nos gustaría conocer las asignaciones presupuestarias que se tienen destinadas para superar este período de ausencia de compras.

La reapertura de nuestra biblioteca en la calle Náquera supone un paso importante para la visibilización de las obras y las trayectorias de las mujeres en nuestra historia y una herramienta necesaria para las posibles actuaciones e investigaciones del papel de las mujeres en nuestra sociedad. Es una gran oportunidad para analizar aciertos y errores pasados y para establecer un diálogo entre la concepción que l’Institut de les Dones se ha planteado y las necesidades que las mujeres tenemos. En este sentido, las opiniones de las asociaciones de mujeres creemos que pueden ser de gran utilidad para recuperar esa biblioteca de referencia que todas deseamos.

María José Villegas, presidenta de Antígona

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