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Productoras con exdirectivos de TV3 copan las mayores compras de la cadena

El 43% de los 598 millones invertidos por la cadena recayeron en solo siete empresas

Vista de la sede de TV3 en Sant Joan Despi
Vista de la sede de TV3 en Sant Joan DespiMASSIMILIANO MINOCRI

Exdirectivos y trabajadores de TV3 que dejaron la cadena pública para abrir sus propias productoras copan buena parte de las compras de programas de la televisión de la Generalitat, según revela la respuesta a una pregunta parlamentaria por escrito. Los datos muestran una concentración de proveedores, que ha llevado a los siete primeros de una lista de más de 200 productoras a facturar 260,7 millones de euros entre 2005 y 2016, casi la mitad del total (el 43,5%). Pese a que los programas externalizados —de ficción, entretenimiento y tertulias— tienen habitualmente datos satisfactorios de audiencia, el modelo recibe críticas en el sector por estar centrado en unas pocas compañías y de los trabajadores de TV3, que piden una apuesta por la producción propia.

Contribuir a la normalización lingüística y cultural del país y dinamizar el sector audiovisual catalán, donde se estima que trabajan unas 11.000 personas, son dos de las grandes misiones de TV3 desde su creación en 1983. La primera puede decirse que se ha cumplido. Para la segunda, la cadena ha destinado desde sus inicios un pedazo importante de su presupuesto: entre la contratación externa y los colaboradores suele estar alrededor del 10% anual.

Desde 2005, el primer año del pospujolismo, el ente público ha invertido 598.622.284 euros en el capítulo de lo que se denomina producción asociada y colaboradores. Una factura que se ha visto notablemente reducida por la crisis durante los últimos años, en los que ha pasado de 53 millones en 2010, a 26 en 2014 (un 51% menos). Este hecho, y la elevada concentración de unos pocos proveedores pone en cuestión el impacto real que tiene hoy en día la cadena pública en el sector audiovisual.

Casi todas estas empresas fueron creadas por extrabajadores de TV3 —directivos, en varios casos— que montaron productoras propias o pasaron a gestionar otras ya existentes. Mediapro, con Jaume Roures al frente es el fundador de este modelo de externalización de plantilla, producción de contenidos y hasta derechos. Pero los vínculos se expanden a otras firmas y a sus creadores o directores generales como Triacom (su propietario, Oriol Carbó, fue gerente de TV3), Minoria Absoluta (Francesc Escribano, su director, lo fue también de la cadena pública) y Royal Box (Antoni Bassas fue guionista, presentador, corresponsal y director de algunos programas de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, dueña de TV3).

La lista sigue con Diagonal Televisió (su presidente y fundador, Joan Bas, fue jefe de realización en la cadena) y Nova Veranda, cuyo anterior director general, Eugeni Sallent, pasó luego a dirigir TV3. Un continuo vaivén que se explica en parte por el reducido tamaño del sector catalán, pero que también revela algunos aspectos de su impermeabilidad.

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El modelo se ha trasladado también a presentadores estrella, que facturan a través de sus propias empresas y que coproducen con la cadena los contenidos, como Ramon Pellicer, Albert Om, Josep Cuní y Miquel Calçada.

Junto a los informativos, la producción asociada suele ser una de las fuentes principales de audiencia en prime time, lo que significa que su permanencia en pantalla la marca su éxito. La mayoría de programas elaborados por dichas productoras han cosechado buenos registros en unos tiempos en los que TV3 atraviesa una crisis de audiencia que, probablemente, le hará perder el liderazgo del año frente a Telecinco.

Una de las críticas que recibe la compra de contenidos de TV3 es, según algunas empresas, el trato de favor que reciben otras. Gestmusic, una histórica del sector, lleva sin facturar prácticamente nada con la cadena catalana desde 2011. Su presidente, Tinet Rubira, no logra entenderlo. “Intento pensar que no les gusta nada de lo que proponemos, aunque hacemos 600 horas de entretenimiento al año”, señala. Tampoco ve cómo se puede dinamizar un sector con muchas empresas muy dependientes de TV3. “Una cosa es que des un empujón y la otra que tú seas su único sustento. Eso no contribuye a la buena salud del sector”, critica.

Los trabajadores de TV3 tampoco entienden por qué se externalizan programas que podría hacer una enorme plantilla de cerca de 2.300 empleados, cuyos salarios suponen el 53% de los más de 300 millones de presupuesto de la cadena. “Durante un tiempo se hizo mucho ese tipo de contenidos, donde todos los equipos de técnicos eran internos, pero se externalizaba al presentador y a un pequeño equipo de guionistas”, señala Roser Mercader, presidenta del comité de empresa de TV3 en referencia a contenidos como Els matins, que TV3 contrataba a la productora de Josep Cuní.

El presidente de la patronal del sector (PROA), Raimon Masllorens, tiene la opinión contraria. “Si quiere ser competitiva, TV3 tiene que ofrecer la máxima calidad, y esto solo puede hacerse comprando contenidos, con lo que además dinamizaría el sector”, afirma. “No tiene sentido que sólo destine a ello un 10% de su presupuesto”, añade.

Frente a las peticiones del sector, la cadena asegura que en los últimos años ha logrado cumplir con las necesidades de recortar el gasto “reduciendo el 54% la compra externa” y “la renegociación a la baja de los productos actuales”. Sobre la selección de los contenidos a comprar, TV3 informa de que en los últimos años ha aprobado y aplicado un sistema que garantiza los “principios de publicidad, concurrencia, transparencia, confidencialidad, igualdad y no discriminación.

El estudio de los datos de las compras hechas por TV3 permite identificar la existencia de varias empresas que trabajan casi en exclusiva para ella. Entre ellas, destaca Dies Tontos, de Albert Om y cuyo programa más conocido ha sido El Convidat. Excluyendo 2016 —con el ejercicio aún abierto, aún no es posible consultar sus cuentas en el Registro Mercantil—, la empresa ha percibido de TV3 un total de 11,2 millones de euros, un 91% de su facturación total. Le siguen en este punto las productoras Alguna Pregunta y Royal Box —de los periodistas Antoni Bassas y Carles Capdevila—, que han facturado 17,6 millones (el 90% de su volumen de negocio) por sus programas APM, El Club y La Tribu. Minoria Absoluta —administrada por Toni Soler— ha percibido de los medios de la Generalitat 58,6 millones de los 77,1 millones que la compañía ha facturado (un 77% del total), mientras que en Triacom este porcentaje asciende al 75%.

En el otro extremo están empresas como Diagonal Televisió, que pese a ser la que más ha vendido a TV3 —66,1 millones—, esta cantidad representa apenas el 23% de su facturación, porcentaje que desciende al 9% en el caso de Produccions El Terrat.

Además de Albert Om, Josep Cuní, Ramon Pellicer y Miquel Calçada —conocido como Mikimoto— son los otros presentadores estrella que más han facturado a TV3. Cuní lo hizo entre 2005 y 2010 por Els Matins (15,7 millones) a través de Broadcaster, Pellicer a partir de 2008 con Sticaki (7,3 millones) y Calçada en todos los ejercicios mediante las sociedades Sargantana Voladora y Afers Audiovisuals (6,1 millones).

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