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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un amor muy espacial

Clàudia Cedó escribe comedias románticas atípicas. Tortugues, Et planto y ahora L’home sense veu son historias de amor que explican cómo el tiempo es un factor determinante en una relación de pareja, cómo el sujeto amoroso es una frustrante construcción de las propias fantasías o carencias, y cómo la comunicación es el mejor antídoto contra el mal de la soledad. Temas tratados hasta la saciedad en libros, teatros y cines que en las obras de Cedó cuentan siempre con un elemento dramático diferencial. Un romanticismo contemporáneo que flirtea con el desastre desde un irreductible y anacrónico pesimismo-optimismo ante la adversidad que nace de la misma condición humana. El amor revisado en Olvídate de mí, 50 primeras citas o La ciencia de los sueños.

La simplicidad y cotidianidad de las situaciones dramáticas que plantea lleva a engaño. Su teatro entra con mucha facilidad, se implanta y germina confortablemente en el espectador y madura con un crecimiento lento hasta que revela todo su potencial de ideas y reflexiones. L’home sense veu también se presenta como una intrascendental comedia de situación. Casi una telecomedia costumbrista. Lenguaje de la calle, ajeno a cualquier normativa y un personaje femenino de fácil identificación: una maruja posmoderna (Cristina Cervià). A los pocos minutos irrumpe en el escenario-cocina de la Sala Flyhard un astronauta (Jordi Subirà). Una aparición que sorprendería más si se produjera en otro teatro pero que encaja en el historial de heterodoxias dramáticas de este espacio dramático tan abierto a tantear las realidades alternativas y las tramas cercanas a la ciencia-ficción.

Engaña la maruja y engaña el astronauta. La separación física de los dos personajes es tan ficticia como real la separación comunicativa entre dos seres que funcionan con estructuras mentales en apariencia incompatibles. Escena tras escena se perfila la certeza que en este texto ha volcado su larga experiencia como impulsora del proyecto “Escenaris especials”, un programa que contempla el teatro como una herramienta de inclusión social de colectivos en riesgo. En los últimos tiempos ha trabajado con personas con algún trastorno relacionado con el autismo y es evidente que la relación que describe en esta comedia hunde sus raíces en el contacto con personas que manejan códigos de comunicación propios. Lo relevante de L’home sense veu es que no pretende dar lecciones ni pregonar el buenismo dramático sino exponer la pluralidad de maneras de crear vínculos entre personas que de entrada ni siquiera comparten la misma dimensión comunicativa. Y que no hay jerarquías de normalidad. Que es posible que el mejor espacio para un contacto más allá de la tierra sea un módulo espacial que sale lanzado del mismo centro de una cocina.

L’home sense veu

De Clàudia Cedó. Dirección: Clàudia Cedó. Intérpretes: Cristina Cervià y Jordi Subirà. Sala Flyhard, 24 de noviembre.

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