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Tribuna
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Teorema de la precarización médica

Muchos médicos jóvenes han tenido que irse a trabajar a otro país, y quienes se quedan están en situación de gran precariedad

Primero las premisas. Que un elevado porcentaje de los médicos con contrato fijo que trabajan en centros de la red pública del sistema catalán de salud compaginan esta ocupación con actividad en centros privados es un hecho probado. Que para un amplio número de estos profesionales y de las asociaciones que representan sus intereses ésta es una realidad deseable también es conocido. Tercera premisa: muchos médicos jóvenes han tenido que irse a trabajar a otro país, y quienes se quedan están en situación de gran precariedad. Según el informe “la precariedad laboral del colectivo médico” del CoMB, la inestabilidad laboral en médicos menores de 45 años es superior al 50%, el 25% de los especialistas no encuentran trabajo al terminar su formación y la temporalidad alcanza el 87%. La cuarta premisa es que buena parte del personal médico con contrato fijo y cargos importantes en los centros públicos, tras más de un lustro de acoso y derribo presupuestario y mediático sobre el sistema sanitario público, terminan aceptando ofertas en el sector privado a instancias del prestigio ganado en el público. La quinta. Se estima que en 5-6 años se jubilarán aproximadamente un 25-30% de los médicos que están jugando un papel fundamental en la sanidad pública; dado que en las dos últimas décadas apenas si ha habido nueva contratación, la pérdida de capacidad profesional puede ser muy importante. La sexta. El Departamento de Salud destina cientos de millones de euros a contratar actividades de centros con afán de lucro que van desde hospitales a servicios de salud mental, pasando por centros de rehabilitación, diálisis o de atención primaria. Y una última premisa. Mientras eso ocurre, la transnacional alemana Fresenius Helios absorbe el grupo Quirón Salud, ostentando una situación dominante en la salud privada en Catalunya y España.

Tras las premisas, los corolarios. El informe del CoMB plantea un plan de choque en el que se reclama al Departamento de Salud una “suficiencia presupuestaria” que permita “disponer de la plantilla adecuada para cubrir las necesidades asistenciales”; ello da a entender que, o bien éstas no están cubiertas, cosa que no sucede, o bien que se cubren con el trabajo del personal que no está en plantilla, como es realmente el caso. Además, se propone crear un observatorio de precariedad. Esta actitud aparentemente osada se confronta con propuestas de solución en línea con una visión mercantilista de la sanidad donde la sanidad privada, con múltiples “alianzas” público-privadas consolidadas en los años “de la austeridad”, aumenta su poder, a la vez que el Pla de Salut de Catalunya 2016-2020 reconoce la “sobrecarga asistencial y la precarización de la mayor parte de profesionales de la sanidad” y señala repetida pero vagamente que hay que contar con la “alianza y participación” de los profesionales y que éstos deben recuperar su “liderazgo”, “dinamismo” y “voz” dentro del sistema sanitario. Sin embargo, no se incluye de forma explícita ni una sola medida dirigida a contratar a los profesionales de la salud desempleados o a mejorar su precaria situación dentro de la red pública.

El teorema final parece obvio. Tras reunir los “méritos” necesarios (becas, másters, experiencia laboral no remunerada, etc.) requeridos, ¿dónde van a terminar trabajando o subsistiendo los médicos precarizados? Su precarización y la mercantilización de la sanidad pública catalana no se detienen.

Juan M. Pericàs es médico del Hospital Clínic de Barcelona y Joan Benach es investigador de GREDS-Emconet (UPF).

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