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Barcelona impulsará casas de acogida para mujeres drogodependientes

El Ayuntamiento traslada la sala de venopunción de la muralla medieval al Centro Peracamps del Raval

Alfonso L. Congostrina
Obras de la futura sede del CAS Baluard
Obras de la futura sede del CAS Baluard Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

El equipo de gobierno de Ada Colau en el Ayuntamiento de Barcelona está ultimando un nuevo plan de acción sobre las drogas que prevé fomentar las casas de acogidas exclusiva para mujeres drogodependientes donde tengan la posibilidad de realizar su tratamiento de desintoxicación sin estar apartadas de sus hijos. Así lo ha anunciado la mañana de este miércoles la comisionada de Salud en el Consistorio, Gemma Tarafa, que también ha informado de que se está estudiando la posibilidad de reservar un albergue de la ciudad que acepte a consumidores de sustancias estupefacientes. “Hasta ahora a las personas que tienen alguna drogodependencia se las atendía en los centros de atención y seguimiento pero, después, o volvían a sus casas o a la calle ya que no se permite el consumo en los albergues”, ha remarcado la comisionada.

Tarafa ha realizado estas declaraciones en la presentación del traslado del Centro de Atención y Seguimiento (CAS) a las drogodependencias Baluard al Centro de Urgencias y Atención Primaria (CUAP) Peracamps. El nuevo CAS, en el número 13 de la avenida de las Drassanes, abrirá las puertas la primavera que viene.

La sala de venopunción Baluard se instaló provisionalmente hace una década en la muralla medieval junto al Museo Marítimo. El gobierno de Xavier Trias ya propuso su reubicación en Peracamps y diseñó un plan de acción que el actual gobierno ha reinterpretado.

“Las funciones de los CAS se dividen en dos, por un lado el tratamiento donde se realizan, talleres, programas y servicios para que las personas abandonen sus adicciones y por otra parte de reducción de daños donde se encuentra la sala de venopunción, las duchas e intercambio de ropa y el llamado calor-café donde los usuarios consumen algún tipo de alimento”, ha destacado Tarafa. “Hasta ahora a la sala Baluard le faltaba la zona de tratamiento, en primavera la tendrá”, ha afirmado. De los 14 CAS que hay en Barcelona siete ofrecen la cartera de servicios completa, incluyendo los programas de reducción de daños.

El plan de acción de drogas 2013-1016 ya planteaba la ordenación de los edificios sanitarios del distrito barcelonés de Ciutat Vella. La concejal Gala Pin ha asegurado que cuando la sala Baluard abandone su actual instalación el Museo Marítimo recuperará el espacio aunque no lo utilizará como sala de exposición sino de reuniones.

Las diferentes unidades del Centro Perecamps ya han comenzado a reordenarse. El Centro de Urgencias y Atención Primaria (CUAP ) se ha trasladado a un nuevo edificio en el número 17 de la calle Sant Oleguer. En un futuro también se trasladará al mismo edificio la Unidad de Enfermedades de Transmisión Sexual, la Unidad de Medicina Tropical y la Unidad de Tuberculosis.

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El nuevo CAS Baluard tendrá 530 metros cuadrados, la actual sala dispone de 209 metros cuadrados, distribuidos en dos plantas y subterráneo. Además de consultas médicas y despacho se dispondrá de un salón social, duchas, almacenes y zonas de personal.

La droga en cifras

Durante el primer semestre de 2016, el CAS Baluard ha atendido a 1.276 usuarios. La jefa del servicio de atención y prevención a las drogodependencias de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Teresa Brugal, ha asegurado que “actualmente en la sala Baluard se atiende a 300 personas al mes, 270 consume inyectables y 80 consume droga fumada”. Brugal confirma que hay usuarios que consumen de ambas formas. En 2013 el mismo espacio atendió a 1.664 usuarios, en 2014 a 1.620 y en 2015 a 1.668.

Desde el Consistorio, Gemma Tarafa, ha destacado que en los CAS “se recogen las necesidades del territorio, hay 48% de los usuarios que reclaman tratamientos por adicciones al alcohol y, de los que utilizan las zonas de reducción de riesgo el 10% acaban formando parte de algún tratamiento”.

Gala Pin ha asegurado que la apertura en septiembre de la zona de reducción de daños en el CAS de Lluís Companys ha comportado unas protestas sobredimensionadas. “En el Raval, como hicimos en Lluís Companys, hemos activado una comisión de seguimiento, también el servicio de intervención del espacio público. Hemos hablado con el AMPA de la escuela Cervantes y la Escuela Oficial de Idiomas. Además, hay más educadores de calles y nos avanzamos a la afectación que pueda suponer la instalación del CAS. En el Raval hay vecinos que recuerda la década de los 80 y son contrarios a la instalación, pero también hay muchos favorables a la iniciativa”.

Tarafa ha asegurado que “la gran mayoría de adictos tardan un máximo de diez minutos entre que compran la substancia y la consumen por lo que tenemos que intentar que los CAS estén en las zonas donde se consume”. Un claro ejemplo de que Ciutat Vella es un lugar donde hay mayor presencia de adictos son las recogidas de jeringas en las calles de Barcelona. “En 2004 se recogieron 12.000 jeringas en Barcelona. El pasado año fueron 1.000 de las que 800 fueron en el distrito de Ciutat Vella”, ha asegurado la jefa del servicio de atención y prevención a las drogodependencias de la Agencia de salud Pública de Barcelona, Teresa Brugal.

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