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Taburete: un grupo ‘indie’ para gente bien

El hijo de Luis Bárcenas acaba de presentar su segundo disco: Dr. Charas

Taburete en una foto promocional de su nuevo disco
Taburete en una foto promocional de su nuevo disco

Primera revelación de la jornada: la familia de Guillermo Bárcenas “es muy moderna” y cuenta “con más votantes de Podemos que del PP”. Segunda: el retoño, hijo del extesorero del Partido Popular, no vota al partido en el que su padre ejerció, sino a Ciudadanos —“tampoco me vuelvan loco”—. Y tercera: aún deshoja la margarita en la insólita disyuntiva entre Malasaña y el barrio de Salamanca. “Nos gusta un piso en la calle del Pez y otro en Juan Bravo”. Por ahora, y aplicando ese lenguaje futbolero con el que se siente tan cómodo, colocaremos una equis en la quiniela. Centrismo puro.

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Al habla, un chaval de 27 años afable, vivaz, de sonrisa perenne y que se abona al estudiado desaliño: barbita de cinco días, vaqueros, camiseta blanca con mucha tralla y unas zapas rojas con largas horas de servicio. Le gustan Perales, Rocío Jurado, Sabina, Julio Iglesias y Extremoduro. “No soy el más moderno de la ciudad”, se sincera.

Guillermo viene de donde viene, de los inviernos en Baqueira y los SMS presidenciales, pero le ofende que le tomen por pijo y se esfuerza por derrumbar estereotipos: le repele la carrera de Administración y Dirección de Empresas, que estudió a regañadientes y con buenas notas, y hoy ejerce de tierno crápula que, salvo compromiso imperioso, no amanece nunca antes de la una de la tarde: “Soy muy nocturno. Me quedo hasta las tantas viendo el Chiringuito, jugando al FIFA y componiendo canciones. Esta semana he escrito una nana. Igual me estoy haciendo mayor, pero hay una chavalita por ahí…”.

A su vera, asiente y enfatiza Antón Carreño, bajista de 21 años, estudiante de Arquitectura en la Politécnica e inminente compañero de piso del joven Bárcenas. Ambos son, “más que amigos, hermanos”. Los dos integran Taburete desde 2014, cuando, tras desechar nombres como Voltereta o Guateque, se llamaban Altramuz y Taburete. “Estábamos muy verdes, pero hemos trabajado y aprendido. Nadie nos ha regalado nada”, formulan al alimón. Se dicen inseparables. Y sí, aunque provengan de entornos acomodados, han vivido “palos”.

El padre de Guillermo se llama Luis Bárcenas y sale mucho en los telediarios. El abuelo de Antón es Gerardo Díaz Ferrán: expresidente de la CEOE y responsable del pufo de Viajes Marsans. Mientras padre y abuelo coinciden en misa, en la prisión de Soto del Real y en el juzgado, hijo y nieto son hoy indiscutibles ídolos juveniles. De esa juventud aseada que ve en ellos a unos chicos monos y deseables; juerguistas, pero decentes.

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Lo atestigua Dr. Charas, segundo disco de Taburete, que presentan con sendos conciertos —ayer y el domingo— en un arrotado Teatro Barceló. La entrada para la primera noche era una bata de doctor, “por aquello de jugar a los médicos”, anotan con ojos pícaros. Y en el interior del álbum, una sucesión de odas a la farra, el faranduleo, las inquebrantables alianzas etílicas, los parloteos nocturnos con la luna... “La frase clave del primer disco era ‘Nos quedan diez vidas para hacernos viejos’. El nuevo se resume en esta: Disfrutemos de los amigos que nos incitan a una ronda más”, proclaman.

No parece que a Guillermo le interese la crítica social. “Me encanta Paco Ibáñez y he sido amigo de la hija de Amancio Prada, pero a mí eso no me sale. En canciones como Mariposas había su profundidad, algunas metáforas que solo entiendo yo. Pero se trata de lanzar mensajes optimistas. Una chica de Podemos me escribió el otro día para decirme que le alegraban la vida nuestras canciones”. Y Antón, siempre al quite, tercia: “La gente nos ha llamado de todo, pero tengo claro que nuestra música no es ninguna puta basura”. Son conscientes de que generan una extraña mezcla de morbo y prejuicios, y admiten que muchos llegaron a su música por la curiosidad de los apellidos, pero se reivindican como currantes y autogestionados. “Mi hermano es jugador de póquer. Yo canto y escribo canciones. Tengo unas 50 ya compuestas. Y los dos tenemos éxito”, resume Guillermo Bárcenas.

¿Y la política? “Centrista. De derechas en cuestiones económicas y de izquierdas en las sociales. Eso sí, nos mojamos y decimos que nos gustan los toros. Muchísimo. Y madridistas, claro”. Es hora de acabar. Centenares de chavalas rodean el Palacio de los Deportes a la caza de un ejemplar firmado de Dr. Charas y una bata-entrada con código QR. Pero no nos resistimos a la curiosidad:

¿Os piropean también los chicos?

Te gusta sentirte querido, pero no tienen opción a nada. Ni siquiera a las cuatro de la mañana, mamados y por probar una vez.

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