_
_
_
_
_

Condena al funcionario que usó datos fiscales para acosar al amante de su esposa

El acusado pacta con el fiscal una rebaja de pena para no ir a la cárcel

Joaquín C.J., un funcionario de la delegación de la Agencia Tributaria de Lucena (Córdoba), reconoció este miércoles ante el tribunal de la sección sexta de A Coruña que utilizó datos confidenciales para acosar durante casi dos años a un vecino de Santiago con el que creía que su esposa le había sido infiel y, sobre todo, a la mujer de este último.

Más información
Un cargo de Hacienda usó datos fiscales para acosar al amante de su esposa
Detenido un funcionario de Zaragoza por acosar y espiar con cámaras a compañeras
Condena de 25 años para el funcionario de prisiones que abusó y violó a presas

El acusado, arrepentido, que será suspendido durante tres años de su empleo y sueldo como funcionario de la Administración Tributaria, alcanzó un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal y la acusación particular por lo que vio rebajada la condena de ocho años a un año y nueve meses que solo se haría efectiva si vuelve a delinquir.

El tribunal de la Audiencia con sede en Santiago apreció que el funcionario, además de cometer un flagrante delito contra la intimidad, también incurrió en otro contra la integridad moral porque el acoso se hizo extensivo a la mujer del supuesto amante, a la que causó secuelas de estrés postraumático en grado moderado y a la que ya indemnizó por ello, antes de comenzar el juicio, con una parte de los 17.500 euros que le impuso el fallo y que había solicitado la fiscalía.

También el tribunal condenó al acusado con una multa de 1.400 euros y acordó como medidas cautelares que este no pueda acercarse a la mujer acosada a menos de mil metros, ni comunicarse con ella por ningún medio por espacio de seis años.

Según la sentencia de conformidad, el acusado, sin antecedentes penales, abusó de las funciones propias de su trabajo y utilizando sus conocimientos informáticos accedió (aunque no se sabe cómo) a la base de datos confidenciales de los contribuyentes de la Agencia Tributaria que cruzó con los de la Dirección General de la Policía para obtener teléfonos y correo electrónicos de la pareja.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Para saldar la supuesta infidelidad de su mujer, a partir de 2011, Joaquín C.J. comenzó a hacer llamadas y enviar mensajes amenazantes a la pareja, pero principalmente a ella, de forma persistente y “empleando términos manifiestamente despectivos y humillantes”, según recogen los hechos probados de la sentencia.

Luego, utilizando el teléfono móvil de la mujer del supuesto amante que había conseguido cruzando la base de datos de Hacienda y de la Policía, comenzó a llamarla desde su puesto de trabajo, y a enviarle mensajes y cartas anónimas con el matasellos de la delegación de la Agencia Tributaria de Lucena donde trabajaba, así como correos electrónicos desde la dirección de su esposo.

“Todo ello a pesar de que la mujer le advirtió de que le estaba afectando a su salud, pero no lo evitó sino que, por el contrario, incrementó las comunicaciones tanto en su frecuencia como en su contenido, generando en ella una situación de desasosiego”, provocándole un cuadro ansioso depresivo por lo que tuvo que recibir ayuda psicológica.

Dos años después, el matrimonio presentó denuncia contra el acosador en un juzgado de Santiago y la Fiscalía presentó acusación contra él en 2013, por lo que Hacienda entonces le abrió un expediente disciplinario a la espera del resultado del juicio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_