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Barcelona contará con una moneda social propia pese al recelo del Banco de España

Barcelona destinará 24 millones a impulsar la economía social y solidaria hasta 2019

Ada Colau, en un pleno del Ayuntamiento de Barcelona el mes pasado.Foto: atlas | Vídeo: CARLES RIBAS

El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha anunciado este lunes que comenzará la prueba piloto de la moneda local en 2017 y 2018 en los barrios del eje del río Besòs, la zona más pobre del área metropolitana, con la idea de implantarla a partir de 2019. La moneda social se implantará pese a las advertencias del Banco de España, que en el verano de 2015, justo después de llegar Colau a la alcaldía de la capital catalana, calificó la idea de “imposible” e “indeseable”, en palabras del subgobernador, Fernando Restoy.

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In English: Barcelona presses ahead with local currency scheme

Fuentes cercanas al Banco de España precisan que cualquier moneda “informal, sin marco normativo, sin un regulador o una supervisión adecuada no es deseable”. Y apuntan que el recelo que en 2015 expresó Restoy respondía a una pregunta concreta de actualidad sobre Colau, pero que la desconfianza del regulador sigue siendo general ante cualquier moneda informal.

Colau llevaba en el programa electoral la implantación de la moneda local (o social, también se utiliza esta denominación) para beneficiar al pequeño y mediano comercio de la ciudad. La idea no es nueva y ya la aplican con aceptación ciudadana municipios como Bristol o Toulouse, ha defendido este lunes el Consistorio. Pese a ser una promesa electoral, el equipo de la alcaldesa mantiene desde hace meses que la moneda en Barcelona “está en fase preliminar”. “Es un proyecto a medio plazo que no tenemos definido, está en una mesa de trabajo”, ha explicado el comisionado de Economía Social y Cooperativa, Jordi Via.

Por ahora el Ayuntamiento no da detalles del funcionamiento de la moneda local —si será virtual o físico; su nombre; cómo deberán suscribirse a ella los comercios que deseen aceptarla...— más allá de decir que su objetivo es apoyar al comercio de proximidad y fomentar que la riqueza y el empleo se queden en la ciudad. En su programa electoral, Barcelona en Comú hablaba de la posibilidad de otorgar subvenciones —y programas de microcréditos— utilizando esta moneda, que parte de los salarios de los funcionarios se cobren con ella e incluso, para promover su implantación, pagar a los proveedores parte de las facturas con la moneda.

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Renta mínima

Las primeras pruebas se realizarán en el marco del test de implementar una renta mínima en la ciudad con 4,8 millones de euros de fondos europeos, ha confirmado. Y también ha apuntado que el Consistorio estudia vincular el uso de la futura moneda a la creación de un nuevo operador energético como ha hecho Viladecans, en la periferia de Barcelona, donde parte del ahorro energético que se consiga se devolverá a los ciudadanos de forma que lo puedan cambiar por la moneda local y comprar en el comercio de proximidad. El calendario de implantación de la nueva moneda figura en el Plan de Impulso de la Economía Social y Solidaria que ha presentado este lunes el Consistorio. Este está presupuestado en 24 millones de euros destinados a fomentar un sector que el portavoz del gobierno, Gerardo Pisarello, ha recordado que representa el 8% del empleo de Barcelona y que todos los datos indican que resiste mejor las crisis.

Pero el gobierno de Colau no tiene a estas alturas garantizado el apoyo a sus Presupuestos, y todo apunta a que deberá sacarlos adelante con el arriesgado mecanismo de la cuestión de confianza. Este procedimiento supone que, ante la falta de apoyos para aprobarlos en el último pleno del año, el ejecutivo se arriesga a que la oposición presente, en un mes, un gobierno alternativo. Si los partidos no lo consiguen, se aprueban automáticamente. Una pinza de la oposición es casi imposible, porque supondría que se pusieran de acuerdo formaciones independentistas como CiU y ERC con Ciudadanos y el PP. Tras presentar el presupuesto el lunes día 7, está previsto que hoy se sometan a votación para darles trámite en la comisión de Economía.

CiU, ERC y PP, que ya han dicho que votarán en contra, suman 18 ediles; Colau con sus socios del PSC, 15. Para poder tramitar el presupuesto necesita mayoría simple. El apoyo y/o abstención de Ciudadanos (cinco) y la CUP (tres) es definitivo.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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