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La consulta para la construcción de un puerto tiene en vilo a Tossa de Mar

El proyecto, que incluye un complejo urbanístico con cuatro chalets y un hotel, obligaría a redibujar el camino de ronda

Josep Catà Figuls
Imagen virtual del proyecto urbanístico en Tossa de Mar.
Imagen virtual del proyecto urbanístico en Tossa de Mar.

El pueblo de Tossa de Mar (Girona) está llamado el próximo domingo a decidir si quiere que se inicien los trámites para la construcción de un puerto deportivo, un hotel de cinco estrellas y cuatro chalets, todo ello en Es Cars, una zona de altos acantilados que preceden las torres medievales de la Vila Vella. Los promotores del puerto, que se empezó a estudiar hace 15 años, aseguran en su proyecto que la nueva infraestructura será buena para el turismo, mientras que los contrarios, entre los que se encuentra la exalcaldesa, la convergente Imma Colom, opinan que el impacto ambiental y turístico sería irreversible.

Opositores políticos, ecologistas y vecinales aseguran que la pregunta de la consulta “es confusa” y que detrás hay “una maniobra urbanística”. La pregunta a la que podrán responder 4.853 habitantes mayores de 16 años censados en Tossa es la siguiente: “¿Está de acuerdo con la iniciativa de modificar el Plan General de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) para posibilitar la futura construcción de un puerto, sus accesos, un hotel de cinco estrellas y cuatro viviendas en Tossa de Mar?”.

El mandato que salga de la consulta se considerará válido siempre que supere el 15% de participación, tras lo que el Ayuntamiento iniciaría los trámites para transformar la zona de Es Cars, un paisaje catalogado como “espacio de interés”, aunque no está protegido por el Pla d’Espais d'Interès Natural (PEIN).

El proyecto, que incluye un puerto para grandes embarcaciones de tres dársenas, 453 amarres, almacenes, garajes y 5.000 metros cuadrados de locales comerciales, y el complejo urbanístico formado por cuatro chalets y un hotel de cinco estrellas, obligaría a redibujar el camino de ronda.

Además, la infraestructura necesitaría abrir un túnel de acceso en la escarpada costa. Todo el proyecto tiene un coste previsto de 140 millones de euros, que asumirían las empresas promotoras, Star Assets S. L., de Isidro Ventura, y Feanda 2 S. L. Según Colom, detrás del puerto “hay una maniobra urbanística para recalificar los terrenos”.

“Ya dan por hecho que ganarán la consulta, prueba de ello es que hace poco más de un mes Ventura creó dos empresas [Harbor Tossa SL (con un capital social de 500.000 euros) y Harbour Marine SL (con 3.016 euros)]”, explica Colom.

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La exalcaldesa, que fue concejal de Medio Ambiente, impulsó en 2001 el primer estudio sobre el impacto que tendría la construcción de un puerto —el plan de entonces preveía un puerto significativamente más pequeño que el que ahora se proyecta—. El informe concluyó que no era viable ni económica ni ambientalmente. Durante los años siguientes, los promotores intentaron volver a poner el proyecto sobre la mesa, hasta que la actual alcaldesa, Gisela Saladich (de Tossa Unida, que gobierna con una concejal expulsada de ERC), firmó con ellos un acuerdo por el proyecto actual en 2012, un entendimiento que no pasó por el pleno municipal.

Saladich, que todavía no se posiciona sobre lo que votará, insiste en que si gana el en la consulta, se iniciarán los trámites, pero que la Generalitat puede no dar el visto bueno al puerto. “Y si no podemos hacer el puerto, no se construirán ni las viviendas ni el hotel”, destaca ante las acusaciones que lanza la oposición de que el puerto es un pretexto para urbanizar una zona rústica.

Saladich pone en valor que el nuevo puerto conllevaría crecimiento y “limpiar la playa de embarcaciones”. Además, los promotores han asegurado que el proyecto crearía 1.500 puestos de trabajo.

Contra la consulta

Las asociaciones vecinales y ecologistas también se muestran muy contrarias al proyecto, y a la forma en la que se plantea la consulta. Càrol Coll, secretaria técnica de Naturalistes de Girona, considera que “es importante preservar ese espacio natural y vincularlo con un turismo de calidad”. También carga contra la pregunta de la consulta, como Maria Eugènia Serrat, presidenta de Amics de Tossa: “Mezcla cuatro cosas distintas, y además el estudio de impacto solo está hecho sobre el puerto, no sobre las viviendas”, dice Coll, mientras que Serrat destaca que la consulta se tendría que haber hecho antes de firmar el acuerdo, hace cuatro años: “Es de un cinismo y una poca vergüenza que no tiene nombre”.

Con todo, en la recta final de la campaña, Saladich defiende la celebración de una consulta y que la gente “esté informada de las consecuencias” de un proyecto que, añade, “es demasiado importante para que lo decida un equipo de gobierno: cambiará la vida del pueblo”.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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