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Autores de culto en busca de un relato

La Virreina organiza las primeras antológicas del cineasta alemán Alexander Kluge y el dibujante argentino Copi

Copi representando a Loretta Strong, en el Salón Diana de Barcelona, en 1978.
Copi representando a Loretta Strong, en el Salón Diana de Barcelona, en 1978.JORGE AMAT

El cineasta alemán Alexander Kluge y el dibujante argentino Copi son los creadores elegidos por Valentín Roma, nuevo director de La Virreina, Centro de la Imagen, para arrancar su primera temporada al frente de la sala de exposiciones estrella del Ayuntamiento. Más que dos muestras al uso, se trata de una verdadera declaración de intenciones. “Son dos autores completamente diferentes, pero emblemáticos del tipo de proyectos que voy a desarrollar. Quiero abordar trayectorias indiscutibles, ampliamente reconocidas, causantes de rupturas estéticas y conceptuales, que por motivos diversos carecen de un relato que las analice e interprete de forma global y orgánica”, explica Roma.

Casi tres mil programas televisivos, 55 películas, varias novelas, ensayos de culto sobre política e historia del cine y los más importantes premios literarios y cinematográficos, avalan la intensa trayectoria de Kluge (Halberstadt, 1932), autor polimórfico, abanderado de la experiencia cooperativa y social en contraposición a la figura del artista tótem, encerrado en su torre de marfil. Firmante del Manifiesto de Oberhausen que dio inicio al Nuevo Cine Alemán, Kluge participó en todos los procesos políticos y estéticos fundamentales de los últimos 50 años, trabajando sin pausa para crear espacios independientes para la cultura, aprovechando también su formación de abogado. Sin embargo, en España y demás países de la Europa mediterránea es sorprendentemente poco conocido.

Asimismo, y pese a haber recibido reconocimientos de todo tipo (desde dos monográficos de la prestigiosa revista americana October hasta un programa especial de la Mostra del Cine de Venecia, en 2007), hasta ahora nadie se había atrevido a trasladar su ingente producción al espacio expositivo. “Quizás sea por su dimensión demasiado radical y el enfoque colectivo que ataca directamente el concepto de autoría”, indica Roma, comisario de la muestra Alexander Kluge. Jardines de cooperación, junto con Neus Moyano y Guillermo Zuaznabar.

Alexander Kluge, con Heiner Müller, en uno de sus documentales.
Alexander Kluge, con Heiner Müller, en uno de sus documentales.DCTP ARCHIV

La exposición, abierta hasta el 5 de febrero, ha contado con la dirección del propio Kluge, que demostró su sintonía con el proyecto aportando varias obras inéditas: ocho películas, dos cuentos y dos instalaciones: una es parcialmente autobiográfica, aspecto que enlaza con el bombardeo de su ciudad natal en 1945 que destruyó la Opera de Frankfurt; la otra es un tríptico audiovisual, realizado con Anselm Kiefer. “Además, nos abrió su archivo de revistas sensacionalistas de los años 50”, explican los comisarios, que han centrado una sala al género.

</CS>Pese a la dificultad que entraña exponer un autor tan prolífico y polifacético, se ha aprovechado la particular disposición arquitectónica de La Virreina para crear un recorrido claro y cautivador, que arranca con una compilación de programas televisivos y termina con las plataformas digitales, tras pasar por la revuelta de 1968, la actualización del ideario marxista y la recapitulación del concepto de experiencia. Para contribuir a paliar la falta de traducciones de Kluge, en lugar de un catálogo, para la muestra se publicará en castellano su primera novela, Biografías.

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Kluge comparte periodo de exposición con Copi. La hora de los monstruos, que recorre la trayectoria del dibujante de cómic y performer nacido en Argentina como Raúl Damonte y crecido en Francia, donde murió prematuramente en 1987 a los 48 años. Conocido por su mordaz visión de la vida, Copi se hizo célebre a través del personaje de la Mujer sentada, encarnación del sentido común casi siempre derrotado por el caos, que salió por primera vez en 1964 en Le Nouvel Observateur. “Cuestionaba todas las convenciones, incluso las del cómic y la de la comunidad homosexual a la que pertenecía. Una vez dijo que era tan vanguardista que incluso se contagió del Sida antes que nadie”, explica el comisario de esta muestra, Patricio Pron.

El escritor ha seleccionado las tiras originales del fondo conservado en el Archivo del Cómic de Angulema. También esta exposición tiene su sorpresa: las fotos inéditas del histriónico autor, caracterizado como Loretta Strong durante sus monólogos con la rata gigante en el Salón Diana de Barcelona, en 1978. “No conseguimos averiguar si llegó a conocer Ocaña”, indica Roma, que estrena un nuevo formato de hoja de sala, mucho más completo, explicativo y útil. La muestra de Copi se presentará también en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires.

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