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“Las peleas de adolescentes han existido siempre”

La presidenta de las ampas de Lugo asegura que el fenómeno de las "quedadas" que estremece a la ciudad no es nuevo. La policía identifica a más de 12 participantes en el vídeo de un combate

Una imagen del vídeo de la pelea a los pies de la muralla de Lugo.
Una imagen del vídeo de la pelea a los pies de la muralla de Lugo.

La escena ha removido conciencias. Dos menores, uno de 15 y otro de 14 años, a palos, con otros jóvenes jaleándoles alrededor de un improvisado ring a los pies de la muralla romana de Lugo, en el conocido como Parque do Cantiño. Y no solo es que haya agitado conciencias, es que ha puesto a la comunidad educativa y a varias Administraciones en modo de alerta para evitar que se repitan estas conductas.

Un episodio que ha hecho correr ríos de tinta y que las televisiones se han encargado de elevar al grado de espectáculo con su difusión a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. “Este tipo de peleas han existido siempre”, le quita hierro la presidenta de la Federación de Anpas (Ampas) de la provincia de Lugo (Fapacel), Belén Díaz, que pide la implicación de “todos”; centros, Administración y policía, para corregir estas “bravuconadas” que se han visto “magnificadas” en las redes sociales.

A la policía nacional le constan dos vídeos, y luego de todo el revuelo ha conseguido identificar “a más de una docena” de jóvenes que han participado en las “bullas”, puntualizan fuentes que llevan la investigación de la comisaría de Lugo. Pero poco pueden hacer al no haber denuncias, ni ningún parte de lesiones de los menores que participan en esta especie de “club de la lucha” en que algunos parecen empeñarse en convertir. Los agentes se han limitado a la identificación y a trasladar un informe a la fiscalía de menores que podría llegar a actuar si deduce de esas “quedadas” un delito que iría contra la protección de la intimidad del menor al quedar retratados en esos vídeos que se suben a las redes sociales.

“No me arrodillé para rezar por mi abuelo y no me voy a arrodillar por ti”, replica un chico a otro que le reta por el móvil

Aseguran esas mismas fuentes que tratan de dirimir quien ha sido el que ha subido esas imágenes a internet, fácilmente localizables en plataformas como YouTube, y advierten que si es un “adulto” otro gallo cantaría. Y es que de “gallos” parece que va la cosa, el de un grupo de adolescentes que comparten chats en WhatsApp, de distintos centros de secundaria de la ciudad de Lugo, y que se retan por esa vía. Tal y como relata un padre, así aconteció con esa pelea que sitúan el 30 de septiembre, en torno a las “cinco o cinco y media de la tarde” en O Cantiño, un espacio público acotado pero al que se puede acceder a lo largo del día.

Cuenta que todo empezó en ese grupo con un “eres un pringao” a lo que otro replicaba, “y tú un julapa”, desafiándose e intercalando el más belicoso de los jóvenes “te perdono si te arrodillas”, que tuvo su replica con un contundente “no me arrodillé para rezar por mi abuelo y no me voy a arrodillar por ti”. De ahí al Cantiño, a batirse en un duelo que tiene sus propios códigos, incluso más honrosos que los de otras épocas pasadas, dado que se combate bajo varias reglas como la de no llevar nada en los bolsillos o no golpearse cuando uno cae al suelo esperando a que se incorpore para seguir el combate.

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A la Fapacel no le constan, como tampoco a la policía, que se esté ante una trama organizada de peleas. Belén Díaz considera que toda la difusión mediática ha podido envalentonar a los menores que “buscan protagonismo”.

Sobre todo pone el acento, a esas edades, en “la presión del grupo” que hacen más mella en los pequeños que las propias familias. “Lo de Lugo no es más que lo sucede en otras ciudades”, resta importancia a algo que no deja de ser “una cosa de críos”, un comportamiento que se ha repetido a lo largo de la historia.

"Llamar a la Policía Local, tu mejor golpe", proclaman los folletos repartidos en los nueve institutos de la ciudad estos días

No obstante toda la convulsión que han provocado estas peleas ha llevado al Ayuntamiento de Lugo, incluso, a iniciar una campaña que lleva a institutos y dependencias municipales.

“Chamar ao 092 [teléfono de la Policía Local], o teu mellor golpe” ("llamar a la Policía Local, tu mejor golpe"), así reza la campaña emprendida esta semana, repartiéndose folletos y carteles donde se anima a comunicar este tipo de hechos y denunciarlos, de “forma anónima”, ante la policía local. De momento no se ha producido ninguna denuncia.

La campaña se lleva a los nueve institutos de la ciudad de Lugo y además se han repartido pasquines en la Oficina de Información Juvenil, en la Casa da Xuventude, Casa da Música, las piscinas municipales del complejo de Frigsa y las de As Pedreiras, la casa consistorial, el centro de servicios municipales, la comisaría de la Policía Local, el Centro de Empresas e Innovación, el Espacio de Orientación Laboral, los Centros de Convivencia de la ciudad y también el Mercado Municipal de Quiroga Ballesteros y la Plaza de Abastos. La difusión ha sido exhaustiva debiddo al grado de alerta que han generado las noticias.

Además, hay constancia en Lugo de “coplillas”, que no tienen nada que ver con las peleas físicas, que los propios adolescentes han bautizado como “batallas de gallos” donde a modo de rap se presume y se saca pecho y se obtiene respuesta también a modo de rima. No pasan de ser “agresiones verbales”, subrayan desde la comisaría, algo que tampoco es desconocido para los padres de estos menores participantes que desaprueban toda la “bola” que se ha dado a algo que no deja ser, según ellos, unas “cosas de críos”, que ni siquiera suponen, insisten, un problema de orden público como se apresuran en aclarar igualmente los propios investigadores.

Con todo se ha reabierto el debate en la ciudad sobre la necesidad de que sea una cuestión que se trate de forma transversal y donde se implique a todos los niveles de la Administración y la educación para corregir estas actitudes impúberes a las que, según defienden sus representantes, ninguna generación ha sido ajena.

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