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Las obras en la A-7 complican la conexión entre Castellón y Valencia

Los usuarios piden liberalizar la autopista para agilizar el tráfico y evitar los atascos

Tramo de la carretera donde se producen los atascos.
Tramo de la carretera donde se producen los atascos.Ángel Sánchez

Desplazarse entre Valencia y Castellón suma desde esta semana otro obstáculo. A la ya complicada conexión ferroviaria por el recorte a la mitad de las frecuencias de los cercanías debido a las obras del Corredor Mediterráneo iniciadas hace más de un año se unen las trabas para hacerlo también por carretera. Las obras que desde el pasado 4 de octubre se llevan a cabo en la autovía de la Plana A-7 entre las poblaciones de Almenara y La Vilavella provocan a diario retenciones de hasta media hora en los dos sentidos de circulación. Una situación que ha generado malestar entre los usuarios y que se solapa con la merma en el servicio ferroviario entre ambas provincias, cuya normalidad no se restablecerá hasta el próximo 12 de noviembre, según ha confirmado Renfe.

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Los trabajos en la autovía han vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre la necesidad de liberalizar la autopista AP-7, al menos durante los seis meses que, estima el Ministerio de Fomento, durarán los trabajos. Una petición que reclaman ya ayuntamientos de municipios afectados como el de Almenara, asociaciones de transportistas y de consumidores y partidos políticos como Compromís. La medida, alegan, permitiría descongestionar la N-340, el único desvío previsto por Fomento y que concentra un gran volumen de tráfico y varios ‘puntos negros’. Por el momento, el Gobierno mantiene la fecha de 2019, cuando finalice la concesión, para convertir la AP-7 en una autopista libre de peajes.

Las obras para la mejora del firme de la variante de la autovía a su paso por La Vall d’Uixó cuentan con un presupuesto de 3,36 millones de euros y se prolongarán durante medio año, tres meses por cada sentido de la vía. La ejecución de las obras obliga a cortar completamente al tráfico una de las calzadas y a desviar la circulación por la calzada contigua, que funcionará con un carril por cada sentido, la mitad. Los trabajos afectan a los enlaces de acceso a La Vilavella (sur) y La Vall d’Uixó, a la carretera N-225 hacia Moncofa y al acceso a Xilxes, así como al punto de conexión con la carretera N-225 hacia Segorbe y Teruel.

La A-7 registra un tráfico medio de 50.000 vehículos diarios, para cuyos pasajeros los trabajos de rehabilitación en la variante están prolongando sus respectivos trayectos “entre 20 y 30 minutos”, explican a EL PAÍS usuarios de esta vía. Pocas horas después del inicio de los trabajos y ante la duración de los mismos, las peticiones a Fomento para que contemple más alternativas para agilizar el tráfico en este tramo ya se han puesto en marcha.

La Asociación de Transportistas de Castellón trasladará en los próximos días a la Subdelegación del Gobierno que inste al ministerio a liberalizar la AP-7 durante el tiempo que duren las obras, según ha explicado a este diario el secretario general del colectivo, José Ramón López.. Asegura que estos tres primeros días de obras han supuesto ya “daños en la planificación de los servicios que hay que prestar a los clientes, incumplimiento en los plazos de entrega y prolongación de la jornada”. También destaca que la situación está afectando a los descansos de 45 minutos que los transportistas de largo recorrido han de realizar cada cuatro horas y media: “No llegan a tiempo a las áreas de descanso, y ello puede conllevar multas; y si adelantan las paradas obligatorias, eso les genera trastornos tanto en las jornadas laborales como en los repartos a los clientes; la logística de distribución se ve alterada, incluso obliga a que las descargas se tengan que hacer al día siguiente”.

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A todo ello se suma, dice, el incremento en el gasto de combustible que implican los parones por las colas y atascos y la velocidad ralentizada a la que se ha de ir hasta que se retoma la circulación. “Pero más allá de los problemas en el servicio y las pérdidas económicas están los peligros para la seguridad vial”, indican desde el colectivo en alusión a la decisión de desviar el tráfico por la N-340, un vial que, recuerdan, tiene restringido el paso a vehículos pesados “entre Nules y Oropesa”.

“Por eso lo más beneficioso para todos, particulares y transportistas, es liberar la autopista”, inciden. Una petición que se incluye en el paquete de medidas que la alcaldesa de Almenara, Estíbaliz Sanz, remitirá en los próximos días al Ministerio de Fomento para descongestionar la circulación entre su localidad y La Vilavella. Reclama la gratuidad de la vía de peaje de manera temporal “para evitar estos atascos, o al menos, que se derive por ella a todo el tráfico pesado de camiones”. Sanz también informará a los consistorios de los municipios que puedan verse afectados por las obras o por los desvíos habilitados como son los de la Vall d'Uixó, la Vilavella, Nules, Moncofa, Xilxes y la Llosa para "poner todas las ideas en común y actuar de manera conjunta ante las demandas y necesidades que puedan surgir".

En la misma línea se ha pronunciado Compromís. Los senadores Carles Mulet y Jordi Navarrete han instado al ministro Rafael Catalá a que se plantee “la firma de un convenio urgente con la concesionaria para garantizar el tráfico de un volumen de vehículos suficiente para no saturar otros viales como la N-340 mientras duran estos cortes programados hasta marzo de 2017".

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