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“Podemos reducir a la mitad las privatizaciones”

La comisionada de Salud del Ayuntamiento, Gemma Tarafa, asegura que "hay margen" para reabrir muchas más camas en Barcelona

Jessica Mouzo
Dentista Municipal Barcelona
La comisionada de Salud, Gemma Tarafa, durante la entrevistaCarles Ribas

Cuando hace poco más de un año la investigadora Gemma Tarafa (Barcelona, 1971) asumió el cargo de comisionada de Salud del Ayuntamiento de Barcelona, se topó con una ciudad donde la presencia de proveedores privados con afán de lucro dentro de la red sanitaria pública es más que notable. El gobierno municipal, abierto defensor de la gestión pública del sistema, se encontró con que 41 de los 84 proveedores sanitarios de la ciudad eran entidades privadas con ánimo de lucro. Tarafa ha propuesto ahora un replanteamiento del modelo y revertir las privatizaciones.

Pregunta. Según un informe municipal, el Departamento de Salud destina en Barcelona unos 220 millones de euros anuales a entidades con afán de lucro que tienen conciertos con la red sanitaria pública. ¿Por dónde van a empezar?

Respuesta. La sanidad pública tiene mucho margen para asumir más de lo que está absorbiendo. Hemos entregado un plan concreto a los representantes de Salud en la comisión del Consorcio Sanitario de Barcelona (CSB) que analiza datos y acciones sobre privatizaciones. Creemos que en lo que queda de legislatura podemos reducir a la mitad las privatizaciones.

P. ¿Cómo lo harán?

R. Trabajamos en varias estrategias: refuerzo de la provisión pública, desprivatizar procesos y el mientras tanto. En el proceso de refuerzo de la pública, detectamos 150 camas cerradas en el Centre Fórum y las abrimos. Hay 250 camas públicas más cerradas y otras 100 en uso estacional [para el pico de urgencias que se gerera en invierno]. Hay un margen muy grande para reabrir y hay que aprovecharlo. Además, se tendría que contratar más actividad para que abran quirófanos por la tarde.

P. ¿Y la estrategia de desprivatizar procesos?

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R. Hay externalizaciones que se pueden revertir cuando se acabe el contrato o por denuncias de mala gestión. Por ejemplo, la atención domiciliaria de festivos y noches que estaba externalizada, se revertirá porque se acaba el contrato y pasará a formar parte del Instituto Catalán de la Salud (ICS). En atención primaria, con la transposición de una directiva europea, nos permitirá hacer un cambio de régimen jurídico de las Entidades de Base Asociativa (EBA) [empresas privadas de atención primaria gestionadas por médicos]. Podemos recuperar el espíritu inicial de las EBAS, como cooperativas, y que pasen de ser entidades mercantiles a sin ánimo de lucro, o retornar la gestión a proveedores públicos.

P. ¿Qué es el mientras tanto?

R. Mientras continuemos con los conciertos a entidades privadas, podemos exigirles a estos proveedores que los niveles de transparencia y contratación sean como los que trabajamos en el Ayuntamiento. En contratación, que se cumplan criterios sociales, ambientales y laborales.

P. Pero abrir camas o contratar más actividad a hospitales depende de Salud. ¿Cuál es su margen de maniobra?

R. Está en la presión y el trabajo interno conjunto en el CSB, desde donde tenemos potestad para hacer una cogestión del sistema sanitario de la ciudad.

P. Salud prometió desprivatizar la gestión de tres hospitales, pero usted los apremió a ir un paso más allá e intervenir en otras áreas, como sociosanitario y salud mental. ¿Salud va demasiado lento en los procesos de desprivatización?

R. Tenemos que imponer más ritmo en el resto de áreas. Tenemos la percepción de que la velocidad no es la que querríamos porque no se trata sólo de hospitales o casos concretos, sino de un cambio de modelo. Ya tenemos opciones, como que se acaban conciertos o que hay camas cerradas, y vemos un margen que no podemos dejar pasar.

P. ¿Cuál es su postura respecto a Barnaclínic [el brazo privado del hospital Clínic, con el que comparte espacio, recursos y profesionales]?

R. Queremos abrir un debate que va más allá de Barnaclínic, de qué actividad privada se hace en centros públicos. Pero no estamos de acuerdo con Barnaclinic dentro del Clinic.

P. Hace unos meses se abrió un conflicto cuando Turismo de Barcelona quería promocionar, con dinero público, el turismo sanitario de Barcelona. ¿Qué postura tomará el consistorio?

R. No queremos promocionar con dinero público que los extranjeros vayan a operarse a un centro privado. No se trata de una batalla contra la privada con ánimo de lucro. Se trata de no promocionarla con fondos públicos que tendrían que ir a reforzar la sanidad pública.

Las desigualdades entre barrios y la salud mental, en el punto de mira

Tarafa también se encontró a su llegada al cargo con un diagnóstico desolador en algunas zonas de la ciudad. Un informe sobre la salud de los barrios destapó que 18 vecindarios de Barcelona tenían muy mala salud, con hasta 11 años de diferencia en la esperanza de vida con respecto a los barrios más sanos.

P. Han encontrado fuertes desigualdades en salud entre barrios. ¿Cuál es la intervención prioritaria para reducir esta brecha?

R. A partir de esta foto, intentamos priorizar estos barrios en todas nuestras acciones. Estamos desplegando planes de salud comunitaria —esa parte de prevención de la salud que va más allá de atención primaria y está a pie de calle— con 33 programas para abordar el envejecimiento, la soledad, las adicciones o la salud mental. Hemos triplicado recursos para estos programas, y en el plan de equipamientos y en el plan de salud mental ya se han priorizado también los recursos hacia estos barrios. Pero sobre todo serán fundamentales las políticas del Gobierno para reducir desigualdades sociales, como el Plan de Barrios.

P. En el plan de salud mental reconocen "dificultades" en el acceso a los centros de salud mental infantojuvenil (CSMIJ).

R. En un centenar de entrevistas que hicimos a entidades y usuarios salía esta cuestión: tenemos mucha lista de espera y hay que minimizarla. Además hay un salto entre el CSMIJ y el CSMA (su homólogo para adultos). Desde los 18 a los 25 años, perdemos pacientes en el camino porque los CSMA no están preparados para jóvenes adultos que todavía son niños. Las medidas que se han puesto sobre la mesa van en la línea de acompañar en esta transición porque muchos de los trastornos mentales se gestan en la infancia y adolescencia y es clave la mirada a este colectivo.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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