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Vall d'Hebron rejuvenece sus quirófanos

El hospital prevé aumentar un 20% el volumen de operaciones complejas con su nuevo bloque quirúrgico de última generación

Jessica Mouzo
El presidente Carles Puigdemont inaugura el bloque quirúrgico de Vall d'Hebron
El presidente Carles Puigdemont inaugura el bloque quirúrgico de Vall d'HebronAndreu Dalmau (EFE)

El hospital Vall d'Hebron ha jubilado sus quirófanos más veteranos. Aquellas salas de operaciones de los años 50 se habían quedado obsoletas, no podían asumir más apaños para adaptarse a los nuevos tiempos de la cirugía avanzada, y el centro sanitario ha optado por darle un lavado de cara a buena parte de su área quirúrgica. Tras 10 años de obras, Vall d'Hebron ha puesto en marcha un nuevo bloque de cirugía general, anexo al edificio principal del complejo sanitario. Se trata de 19 quirófanos de última generación, dos salas de atención al paciente antes y después (reanimación) de la intervención, un armario robotizado para distribuir el material de las operaciones y otros servicios vinculados a los procesos quirúrgicos. Con el nuevo servicio, el hospital prevé aumentar hasta un 20% el volumen de intervenciones de alta complejidad.

"Háganse a la idea de que nos  hemos mudado a un nuevo hospital", dijo el coordinador del nuevo bloque, el doctor Juan Antonio Hueto, a su equipo de cirujanos. Los nuevos quirófanos nada tienen que ver con los antiguos. Para empezar, porque las salas de operaciones de los años 50 estaban desperdigadas por varias plantas del hospital y ahora son un sólo bloque con todos los quirófanos alineados en la misma planta. Tampoco hay que hacer acrobacias para trasladar y acomodar a todos los equipos tecnológicos en torno a la mesa de operaciones ni hacer cola ante el demandado cuadro de enchufes para conectar un nuevo instrumento.

En los nuevos quirófanos de Vall d'Hebron todo está informatizado, hay decenas de máquinas y pantallas alrededor del paciente y ni un solo cable por el suelo. A través de una pantalla encajonada en la pared, se controla toda la sala, hasta la altura de la camilla a gusto del cirujano de turno. "Los profesionales pueden trabajar de forma más cómoda", apunta el doctor Hueto. La torreta móvil del cirujano se puede mover por toda la sala al tiempo que el médico y el carro de anestesia también se puede colocar donde el facultativo decida.

El nuevo bloque quirúrgico dispone de 11 salas polivalentes, para intervenciones de urología, cirugía general y urgencias y operaciones robotizadas. Tres quirófanos más se han construido especificamente para cirugía cardíaca y torácica y otros tres para intervenciones de neurocirugía y maxilofacil. Además, el bloque cuenta con otras dos salas de operaciones híbridas (de cirugía vascular y neurocirugía), equipadas con dos arcos quirúrgicos de radiología para ver en directo, por ejemplo, el resultado de las intervenciones. Todos los quirófanos disponen de tecnología de última generación para hacer cirugía robótica en 3D.

Pero más allá de toda la tecnología que despunta entre pantallas e ingentes máquinas como el robot Da Vinci, Hueto reivindica la humanización del servicio. El bloque quirúrgico, blindado al exterior por cuestiones de seguridad, tiene consultas que comunican con el resto del hospital para informar a los familiares de la evolución de la operación. Además, el servicio dispone de una sala específica para que los familiares de un donante cadáver puedan tener unos momentos de intimidad con el fallecido antes de iniciar la extracción de los órganos.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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