Otro bisonte decapitado en la reserva de Valencia
El animal llevaba perdido desde que fue envenenado y degollado el macho alfa de nombre Sauron
Un segundo bisonte de la reserva valenciana de Valdeserrillas ha sido hallado decapitado, mientras que otros dos ejemplares a los que se les había perdido la pista han sido localizados con vida, ha confirmado la Delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana. La Guardia Civil está investigando un supuesto asalto a la reserva y, sobre todo, por qué fue decapitado el macho alfa, de nombre Sauron, y ahora otro bisonte.
Los agentes del Seprona que se han hecho cargo de la investigación encontraron a principios de esta semana una bola que podría llevar veneno y ser la causa de la enfermedad que ha afectado al conjunto de la manada. La Delegación del Gobierno ha confirmado a EL PAÍS que Sauron fue decapitado con un hacha, un método poco sutil, además de costoso, ya que el macho líder de la manada pesaba unos 800 kilos.
Respecto a los cinco bisontes que también fueron presuntamente envenenados, fuentes de la reserva han indicado que su estado de salud "ha mejorado", ya que se les está administrando un aporte vitamínico y consumen un alimento de calidad para coger peso de cara al invierno.
La hipótesis que barajan los investigadores es que una o varias personas pusieron veneno en el comedero de los bisontes. Puesto que el macho alfa solía comer el primero y de forma abundante, este habría resultado intoxicado primero, muriendo o quedando lo bastante debilitado como para ser decapitado. Los bisontes, apunta Rodolfo Navarro, uno de los responsables de la reserva, reaccionan con agresividad cuando se ven amenazados.
El resto de machos habrían resultado menos afectados por el veneno —presentaban diarrea— debido a que comieron menos, según esta vía de investigación.
La reserva de Valdeserrillas se encuentra en suelo público, propiedad de la Generalitat, aunque la gestión es privada gracias a una concesión para 20 años de explotación comercial con animales.
Aunque no lo han vinculado directamente con los hechos, fuentes de la reserva consultadas por este periódico han apuntado que el espacio despertó en su día resentimiento entre los cazadores de la zona, situada en el interior de Valencia, no lejos de las fronteras con Teruel y Cuenca. La caza no solo fue prohibida en la reserva, sino también en zonas colindantes.
En 1972 el entonces Icona construyó un refugio de obra en el terreno, pero tras cerca de 30 años de abandono, Álamo presentó un proyecto al Ayuntamiento de Benagéber, que fue aprobado, lo que permitió mejorar las instalaciones. La superficie de la reserva es de 365 hectáreas y aunque hay 22 kilómetros de pistas cuyo recorrido puede realizarse en coche, también hay zonas más boscosas donde no puede acceder un vehículo y la búsqueda tiene que hacerse a pie.
Desde 2011 el público general puede acceder a la reserva, en la que los animales están en semilibertad y donde pueden verse, además de los bisontes, búfalos, caballos, burros y ciervos, entre otros. También cuenta con un aula de la naturaleza.
Los primeros ejemplares de bisonte llegaron a mediados de 2015 a la reserva de Valdeserrillas. Una empresa se encarga desde entonces de gestionar la llegada y adaptación de esta especie mediante visitas y safaris fotográficos.
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