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Fallece una mujer por una explosión en Premià de Mar

“Rescataron a mi hija de entre cristales y piedras”, relata una vecina

Las llamas al edificio de Premià de Mar.Foto: atlas | Vídeo: ATLAS
Carlos Garfella Palmer

“Los bomberos rescataron a mi hija de entre cristales y piedras”, relata Débora Andrés, una de las vecinas del número 196-198 de la Gran Vía de Premià de Mar (Barcelona), donde una explosión se produjo hacia las 8.15 de esta mañana. La enorme explosión, que varios vecinos confundieron con un terremoto debido a sus proporciones, ocasionó un muerto y 17 heridos, tres de ellos graves. El inmueble siniestrado, con siete plantas, fue evacuado completamente, así como dos edificios contiguos.

En total fueron desalojadas un centenar de personas de 46 familias. La mayoría de ellas no pudieron regresar este domingo por la noche. Los Mossos d’Esquadra y técnicos de Gas Natural investigan las causas del siniestro, cuya principal hipótesis es una explosión de gas. La persona fallecida, una mujer de mediana edad, vivía en el piso desde donde se originó la explosión.

En pocos minutos, la calle se llenó de personas que huían despavoridas de la explosión o acudían a ayudar a las víctimas. “Estaba tomando un café en un bar cuando escuchamos un estruendo y parte del techo del bar se desplomó”, explicaba Andrés horas después de ver cómo una explosión destruía el segundo piso del bloque y dejaba casi inhabitable el suyo. “Vivimos en el cuarto. En casa estaban mis padres y mi hija de 4 años. Salí corriendo a buscarlos, pero los bomberos no me dejaron entrar”.

La mujer, desconsolada, siguió relatando el suceso: “Pasaron 10 minutos hasta que los sacaron, pero se me hicieron eternos. No he podido ver la casa, pero mi madre me ha dicho que estaba destrozada”. Su hija y su madre, de 61 años, no sufrieron daños, aunque su padre fue hospitalizado por problemas respiratorios.

La primera de las 16 dotaciones de bomberos desplazadas no tardó más de cinco minutos en llegar. A raíz de la explosión, la parte de la escalera que iba del tercer piso al cuarto quedó completamente destruida, y los equipos de emergencias tuvieron que trepar por los bloques de piedra derruidos del bloque para acceder a las viviendas y sacar a los heridos.

Diversos testigos relataron que una de las dos personas que habitaban el piso donde se produjo la explosión estuvo a punto de saltar desde la ventana, completamente desnudo, para no ser abrasado por las llamas. “Pudo descolgarse hasta el primer piso”, cuenta un vecino de un edificio colindante del que no fue necesaria su evacuación, pero desde el que se podían ver los estragos de la explosión: dos plantas del edificio totalmente destruidas por las llamas, y la mayoría de ventanales de las siete plantas destrozadas. La piscina comunitaria quedó repleta de cristales y trozos de hormigón. El hombre está en estado crítico por las quemaduras. Otros cuatro heridos están en la UCI, estables dentro de la gravedad.

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“Estoy viva de milagro”, explica María Jesús Iglesias, de 71 años, una de las propietarias del bar situado a 300 metros del edifico donde Débora Andrés tomaba un café en el momento de la explosión. La anciana cuenta nerviosa, con heridas en los brazos, como la onda expansiva hizo volar parte del techo de cristal de su bar mientras leía el periódico. “Pensé que era una bomba, se me cayó el techo encima. Todo fue muy rápido”. El bar fue clausurado hasta el mediodía. Por la tarde, se convirtió en uno de los puntos de reunión del centenar de vecinos y curiosos que se concentraron frente a las vallas de seguridad instaladas por los Mossos para cortar el paso.

Alrededor de las 17 horas, los bomberos y servicios de emergencia autorizaron a las familias de dos de los tres edificios afectados para que pudieran retirar los objetos que necesitaran, siempre de dos en dos y acompañados por los bomberos. La mayoría de los vecinos, sobre todo los del bloque de la explosión, estaban sumergidos en la incerteza. “No sabemos qué pasará con nuestra casa, ni cuándo podremos volver”, repetían. El Ayuntamiento de Premià de Mar decretó tres días de duelo oficial.

El consejero de Interior, Jordi Jané, visitó la zona afectada por la tarde. “Ha sido una explosión muy potente. Todo apunta a que ha sido una explosión de gas”, confirmó Jané, quien aseguró que también se investiga si la explosión “fue accidental o no”. El edificio, agregó, estaba al corriente de las inspecciones. El consejero lamentó que el edificio donde se produjo la explosión está “muy dañado”. Los técnicos inspeccionarán el edificio más a fondo para conocer su estado. Por ahora, ninguno de los vecinos del bloque más directamente afectado por la explosión podrá volver a sus hogares.

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Sobre la firma

Carlos Garfella Palmer
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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