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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pura guitarra

David Rusell abre con éxito el ciclo de grandes guitarristas en el Palau

Asistir a un recital de David Rusell es una experiencia musical enriquecedora. Para el público nuevo - y el viernes en las butacas del Palau se sentaban cientos de turistas- supone descubrir el arte de la guitarra española en su expresión más pura; el guitarrista escocés, que lleva viviendo en España desde los cinco años, cuando su familia se instaló en Menorca, es uno de los mejores del mundo y transmite si efectismos la pasión por la guitarra. Para los melómanos, disfrutar el arte de Rusell permite rescatar del olvido la casi perdida tradición guitarrística del Palau.

El recital abrió el ciclo Maestros de la Guitarra, coproducido por la promotora Poema y el Palau con voluntad de recuperar la tradición de compositores, intérpretes y luthiers que convirtieron el Palau de la Música en una catedral de la guitarra española. De hecho, el ciclo Palau 100 mantuvo en su programación la presencia de famosos guitarristas como Pepe Romero y John Williams hasta finales de los noventa. Después, la guitarra clásica fue perdiendo protagonismo.

El sonido y la musicalidad de David Rusell hace volar la imaginación y el recuerdo de esos tiempos en los que la guitarra, con figuras como Andrés Segovia, Juliam Bream, María Luisa Anido, Alirio Díaz, Narciso Yepes y otros virtuosos de leyenda, se ganó el respeto mundial como instrumento clásico. Y en el Palau, con una bien calibrada amplificación, el sonido de la guitarra de Rusell - una magnífica guitarra artesanal construida por el cotizado luthier alemán Matthias Demmann- fue puro gozo.

El programa, con transcripciones del propio Rusell y Daniel Guerola, se abrió con la pureza barroca de dos sonatas del alemán Johann Kuhnau, y el elegante virtuosismo de las Variaciones sobre un tema a la húngara, del bilbaíno Juan Crisóstomo Arriaga: Rusell creó una atmósfera de delicada expresividad, sin efectismos ni concesiones, en ese terreno de exquisitos matices que brinda la guitarra cuando la toca un maestro.

Como homenaje a Enric Granados en el centenario de su muerte, tocó una selección de piezas, desde los románticos Valses poéticos y la tonadilla La maja de Goya a dos brillantes Danzas Españolas -la famosa Danza andaluza y la Danza triste, que entusiasmaron al público. Y, entre grandes aplausos, la velada se cerró con dos piezas de lucimiento de Francisco Tárrega, la Gran Jota, de apabullante virtuosismo, y la magia de sus célebres Recuerdos de la Alhambra.

Aniello Desiderio protagoniza el 20 de septiembre la segunda cita de un ciclo que ofrecerá en el Palau hasta octubre de 2017 actuaciones de Zoran Dukic, Manuel Barrueco, Barcelona Guitar Trío, Pedro Javier González, Barcelona 4 Guitars, Luis Robisco Group y Jesús Guerrero, en formatos que incluyen desde el ámbito clásico a la danza y fusión con el flamenco y el jazz.

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