_
_
_
_
_

Cuatro rescates de montaña al día

Cataluña alcanza este verano la cifra más alta en siete años

Carlos Garfella Palmer
Sucesos Costa Brava
Parque de Bomberos de Olot.CARLES GARFELLA

“Es verano y encima domingo. En cualquier momento puede haber una alerta y tendremos que salir corriendo”, dice Jordi Martí, jefe del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) del Parque de Bomberos de Olot. Su intuición se hace realidad en apenas 20 minutos. “Aviso, excursionista perdido en el Puigmal”, resuena por la radio de la sala del centro de operaciones. Martí saca un mapa y señala con el dedo un punto concreto: “Debe estar cerca del refugio del Corral Blanc”, susurra. Mientras, un equipo de dos bomberos, un operador de grúas y un piloto se preparan para uno de los más de 1.000 rescates que cada año se realizan en las montañas catalanas. Una cifra que se ha elevado exponencialmente durante los últimos años: de los 855 de 2010, a los 1.237 de 2015. De junio a septiembre se han realizado 483 rescates, la cifra más alta de los últimos siete años. Desde 2009, la Generalitat solo ha cobrado a los excursionistas en cinco de esos rescates.

Tras diez minutos desde el aviso, el helicóptero alza el vuelo. “Es un hombre de 54 años con antecedes médicos graves. Hace dos horas que su familia lo busca. Hay que salir rápido, nunca se sabe qué puede pasar”, explica Marc Reixac, uno de los dos bomberos que participa en el operativo. El GRAE nació en 1986 y lo integran 108 bomberos: 87 de montaña y 21 subacuáticos. El acceso a la unidad especializada se demora un mínimo de cinco años. “Si ser bombero es vocacional, ser GRAE todavía más. Te tiene que gustar la montaña, si no, es imposible acceder”, explica Martí. Ripollés, una de las zonas de actuación del Parc de Olot, es la comarca donde más rescates se producen.

Ocho minutos tras el despegue, el helicóptero ya sobrevuela lo Pirineos orientales, cerca de les Barrancas del oeste del Puig de Estremera (Planoles). Martí sigue la operación desde la sala de operaciones. En el ordenador se ve un pequeño icono que se mueve por el mapa topográfico digitalizado. Es el rastro del helicóptero. Las voces del operador de grúas y Reixac se entremezclan por el intercomunicador de la sala. “Unos excursionistas dicen que han visto a un hombre sentado sobre una piedra”, se escucha decir a Reixac. El bombero ha descendido del helicóptero al refugio del Corral Banc, a 1.800 metros de altitud. El helicóptero sigue sobrevolando las montañas. “Les costará encontrarlo porque no saben el punto concreto”, augura Martí. Todo resulta una falsa alarma. Tras 30 minutos de búsqueda, el equipo encuentra al excursionista extraviado. “Estaba algo desorientado, le hemos dejado en el refugio”, explica Reixac tras aterrizar empapado en sudor del helicóptero. “Me voy a comer. En cualquier momento puede haber otro aviso de rescate”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Carlos Garfella Palmer
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_