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ARTE

Galería rara en el mercado

el original Espacio Trapezio, dentro del mercado de San Antón, cumple un lustro con la muestra ‘Sin Catalogar’

Abraham Rivera

Espacio Trapezio es mucho más que una galería atípica. Situada dentro de un mercado de abastos, el de San Antón para ser más concretos, en la zona de Chueca, aquí se celebran talleres, mesas redondas, presentaciones, residencias de artistas, acciones de arte comestible y, hasta el 3 de septiembre, una exposición que reivindica el arte de aquellas obras que no se pueden etiquetar fácilmente. Sin catalogar se llama la muestra que, además, es la elegida para celebrar el quinto aniversario de un curioso espacio.

“La exposición nos ha permitido reflexionar sobre el carácter singular de esta galería”, explica Miriam Estrada, comisaria, junto a Ana García, de la propuesta expositiva, que sale fuera del espacio museístico para invadir calles, escaparates y el mismo mercado donde se aloja, aunque también Internet y la esfera privada. “Nos interesaba hablar del uso del espacio. Nosotros mismos somos un lugar que no termina de estar definido”, cuenta la comisaria.

Para ello cuentan con seis artistas que ya habían estado ligados a la sala de exposiciones en anteriores ocasiones. Así, la artista Mawa Tres utiliza globos de helio dentro del mercado para transmitir un inquietante y dramático mensaje que sin embargo tiene un tono lúdico o irónico: “Todo el pescado está vendido”. Curiosamente, la muestra se inauguró en plena jornada de reflexión de las últimas elecciones por lo que el mensaje tomaba si acaso aún más sentido.

El inusual video El nadador, de Jiménez Landa, es otro de los trabajos que se pueden ver. Se inspira en un relato de John Cheever, posteriormente llevado a la gran pantalla por Burt Lancaster. “La obra la hice con unos cuantos objetivos poco concretos relacionados con la confianza o desconfianza en el desconocido, las ganas de viajar, la cartografía, la fascinación por la película de Frank Perry, el anuncio de Levi's y el cuento de Cheever, por ese orden”, cuenta el artista, que cruzó España, desde Tarifa hasta la casa de sus padres en Pamplona, a través de las piscinas que fue encontrando. Todo con la inestimable ayuda de Google Maps y con unos intereses que estaban más fuera que dentro del arte, como se encarga de destacar.

Las creaciones de Noaz, Diego Delas, Alexander Rios y Andrés Senra completan el recorrido de Sin catalogar. En la muestra, Senra se aleja del canon artístico clásico en su propuesta Mi novio de agosto. “La acción se desarrolló bajo la premisa de encontrar pareja, un novio, durante ese mes del verano. Todos los acontecimientos relacionados con este hecho se publicaban según acontecían en la red social Facebook”, aclara el autor madrileño. Define su trabajo como un diario de extimidad, que roza el exhibicionismo y que contrasta con la actualemente poco cotizada intimidad. “Los hechos que constituían la acción; los lugares donde quedaba; la intimidad de mis novios; el sexo; los modelos de relación que se planteaban (pareja abierta, cerrada, poliamorosa o clásica) se registraban de manera pública con fotografías y narraciones que constituyeron la huella de la performance”, cuenta Senra.

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Sobre la firma

Abraham Rivera
Escribe desde 2015 para EL PAÍS sobre gastronomía, buen beber, música y cultura. Antes ha sido comisario de diversos festivales, entre ellos Electrónica en Abril para La Casa Encendida, y ha colaborado con Museo Reina Sofía, CA2M y Matadero. También ha presentado el programa Retromanía, en Radio 3, durante una década.

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