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El Ayuntamiento de Barcelona evita condenar la okupación de un nuevo local en Gràcia

El Gobierno de Colau afirma que no le corresponde "hacer de juez" ante los activistas del Banco Expropiado

Alfonso L. Congostrina
El representante de la inmobiliaria junto con algunos okupas
El representante de la inmobiliaria junto con algunos okupasCarles Ribas

El Ayuntamiento de Barcelona ha dicho esta mañana que se mantiene al margen de la okupación de un nuevo local por parte del colectivo autodenominado Banco Expropiado. El concejal del distrito de Gràcia, Eloi Badia, aseguró: “Al Consistorio no nos incumbe el uso que se dé a un local vacío. No estamos en contra de lo que se haga allí dentro y sólo ejerceremos el papel de mediadores. Lo que seguro que no nos corresponde es hacer de juez”. El concejal consideró que el colectivo tiene “reivindicaciones legítimas”. “Estamos a la expectativa de ver si se consolida el proyecto, velaremos por la convivencia y porque las fiestas de Gràcia acaben con tranquilidad”, añadió. El propietario del local aún no ha denunciado a los okupas, aunque se prevé que lo haga mañana viernes.

Eloi Badia dejó claro que el Consistorio barcelonés no emprenderá acciones legales, de ningún tipo, contra los activistas. Al concejal del distrito de Gràcia no le constaba ayer que el propietario del inmueble —el 173 de la Travessera de Gràcia— haya presentado ningún tipo de denuncia y constató, tal y como anunciaron los propios activistas en las redes sociales, que “la okupación se realizó el viernes”.

Por su parte, el líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández Díaz, denunció que “la permisividad de Colau en el Ayuntamiento convierte a Barcelona en la capital de los okupas y los manteros”. El popular denunció que “primer Xavier Trias, cuando era alcalde, firmó un contrato y después pagó el alquiler a los okupas del Banco Expropiado, y luego Ada Colau continuó abonándolo durante seis meses más”.

Un local de 168 metros por 2.300 euros

El inmueble del número 173 de la Travessera de Gràcia lleva varios meses cerrado. Tiene 168 metros cuadrados y se alquila por 2.300 euros mensuales. El anuncio del local todavía se podía ver ayer colgado en las principales webs de compraventa y alquiler de inmuebles. Según un anuncio del portal Habitaclia, el local, ahora en manos del colectivo okupa, tiene dos aseos, caja fuerte, aire acondicionado y 7,50 metros de escaparate. El anunciante asegura que hace sólo dos años que se colocó el suelo de gres y que dispone de un patio trasero de 6,50 metros cuadrados. Desde el pasado viernes los okupas del Banco Expropiado lo utilizan para guardar diferentes materiales.

Carina Mejías, la líder de Ciudadanos en el Consistorio, siguió la misma línea crítica que Fernández Díaz y reclamó a la alcaldesa “tolerancia cero con quienes utilizan la violencia”. Mejías condenó que los okupas gozan de “carta blanca” en el municipio y acusó a Ada Colau de convertir Barcelona en una ciudad “permisiva y sin autoridad”. También el líder de ERC en el Ayuntamiento, Alfred Bosch, exigió a Colau que no “se expulse las pulgas”, ejerza como “máxima responsable de seguridad” en Barcelona y resuelva la okupación.

El cerrajero

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La noche del pasado miércoles los activistas del Banco Expropiado desvelaron la dirección del inmueble al que accedieron el 12 de agosto. Las primeras repercusiones no se hicieron esperar. Por la mañana un trabajador de una de las inmobiliarias que pretende alquilar el inmueble se presentó a primera hora en las puertas del local para, supuestamente, enseñárselo a un posible cliente.

Al llegar a la puerta de la antigua Caixa Penedès, comprobó que alguien había cambiado la cerradura. El comercial se puso en contacto con un cerrajero para volver a sustituirla. Cuando el técnico que debía abrir la puerta llegó al lugar, se encontró con media docena de medios gráficos y optó por pedir algún documento como “una denuncia o una orden judicial” antes de introducir la ganzúa en la cerradura. Como el representante de la inmobiliaria no se la proporcionó, el operario se negó a abrir la puerta de la antigua sucursal bancaria.

Acto seguido se aproximaron al local una docena de activistas. El representante de la inmobiliaria aprovechó que una patrulla de los Mossos circulaba por Travessera de Gràcia y fue a informarles de la situación. Mientras el comercial hablaba con los agentes, uno de los okupas accedió al local. Ayer nadie había presentado ninguna denuncia. El representante de la inmobiliaria aseguró que el propietario se encuentra de vacaciones y posiblemente mañana viernes denuncie la okupación. Los activistas siguieron entrando y saliendo a lo largo de ayer de la nueva sucursal del autodenominado Banco Expropiado.

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