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El pueblo de los 29 campeones de esquí

Cercedilla es un paso natural hacia el Parque Nacional de Guadarrama y a la estación de Navacerrada

Dos ciclistas, en la estación de tren de Cercedilla.
Dos ciclistas, en la estación de tren de Cercedilla.SANTI BURGOS

“Homenaje a la gente de la nieve de Cercedilla”. Es lo que reza el grabado de la estatua del esquiador Paquito Fernández Ochoa en la plaza mayor del pueblo. Paquito, campeón olímpico de esquí en Sapporo'72, es el vivo recuerdo de lo que un fue el esquí en el municipio madrileño, ubicado a poco más de 60 kilómetros de Madrid.

Hubo una época en la que, como el hockey en Canadá o la pesca de gamba en Palamós, este deporte invernal era tradición y formaba parte del estilo de vida de todas las familias. También de las madrileñas, que establecieron Navacerrada como su estación de esquí. En 1923 se inauguró, con la asistencia de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, el primer tramo del ferrocarril eléctrico de vía estrecha del Guadarrama, que unía la estación de Cercedilla con el puerto serrano.

Pronto se empezaron a construir casas y Navacerrada inició su rápida expansión como centro recreativo de montaña y Cercedilla comenzó a crecer y a inaugurar numerosas instalaciones, como la plaza de toros o la central eléctrica municipal. La agricultura y ganadería habían constituido los pilares de su economía, hasta que en el último cuarto del siglo XX emergió el turismo. Gracias al empuje del esquí y a su enclave privilegiado como puerta de entrada al Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, Cercedilla está estupendamente comunicada con Madrid. Desde Atocha al pueblo poco más de una hora. Un lujo.

Pero como en todas las historias de amor, el idilio se diluyó y el esquí es hoy una anécdota. En Cercedilla se han forjado 29 campeones de España a más de 1.200 metros de altitud. Hoy la estatua de Paquito y el museo del esquí, fundado en su honor, son de obligada parada para aficionados y profesionales de la montaña. El museo, abierto hace dos años, ofrece un recorrido lleno de objetos históricos y contemporáneos sobre los deportes alpinos y de Paquito, único campeón olímpico español.

El municipio serrano tiene sus orígenes entre el siglo I y III (no se conoce con seguridad), según el libro Cercedilla en la historia, de Tomás Montalvo. Su situación en el paso de la Fuenfría y la necesidad de pastos de verano para el ganado segoviano son, probablemente, el origen de su existencia. Cercedilla sufrió la gresca entre Segovia y Madrid hasta que el rey Alfonso VII, en el siglo XIII lo integró en el llamado Real de Manzanares. En ese momento quedó integrado en Madrid.

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Rodeada de picos

Cercedilla es una de puertas de entrada al parque nacional, y cuenta con más de 1.000 hectáreas dentro del coto. El pueblo, de 6.781 habitantes, está rodeada por varias montañas, como la Bola del Mundo, La Peñota y Peña del Águila, picos que ofrecen extraordinarias excursiones de senderismo por la sierra de Guadarrama. Es aconsejable reservar un día completo para coger el Tren de la Naturaleza. Una actividad que se programa desde 1991, hasta el 1 de septiembre, y llega al puerto de Los Cotos. El trayecto arranca en un antiguo vagón del tren eléctrico habilitado como sala de proyecciones, y que se encuentra situado en una vía muerta de la estación. La travesía dura 40 minutos y combina las vistas con explicaciones de los monitores. Tras bajar del tren, caminata por la zona baja de Peñalara y de Los Cotos. A primera hora de la tarde, regreso a Cercedilla.

Otra opción es la Senda de los Miradores, señalizada por marcas naranjas en los árboles. El itinerario, de unos diez kilómetros, parte desde el aparcamiento de Majavilán y sin llegar a las cotas máximas del valle, ofrece excelentes vistas desde los miradores de Luis Rosales o Vicente Aleixandre. La senda termina en la zona de las praderas Las Dehesas. Y si lo que se buscan son las emociones fuertes un poco más arriba de Las Dehesas el excursionista puede practicar tirolinas. La más salvaje y divertida de las experiencias al aire libre. Pura diversión, pura adrenalina.

Y si la excursión no ha ido acompañada de bocadillos, el restaurante Yeyu (Calle Mayor, 24) es una de las mejores opciones. Comida local puesta al día con excelentes carnes de la Sierra de Guadarrama preparadas en asados y calderetas. O Los Frutales, en el valle de la Fuenfría, que sirve truchas recién pescadas en las primeras aguas del Guadarrama. Aunque casi todas las opciones culinarias en el pueblo son válidas. La materia prima suele venir directamente del entorno; como las setas, las endrinas o las moras. No en vano, la carne de todos los restaurantes de pueblo es denominación de origen de la serranía. Canela en rama.

Sanatorio de la ‘enfermedad romántica’

Cercedilla gozó a principios del siglo XX de uno de los hospitales más modernos de Europa contra la tuberculosis, el Real Sanatorio de Guadarrama, que contaba con todos los adelantos. Fue inaugurado en 1917 por la comunidad científica y la Casa Real y estaba situado en plena montaña, a 1.750 metros de altura. El entorno seco y el aire puro mejoraban la recuperación de la enfermedad “romántica” y de otras afecciones pulmonares. Por el sanatorio pasaron personajes como Camilo José Cela y Rafael Alberti, hasta que en los años cincuenta se descubrieron los antibióticos que erradicaron la enfermedad. En 1994 el sanatorio fue demolido tras tiempo de abandono.

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