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CARLOTA BARÓ Actriz

“Es necesaria la conexión laboral abierta entre Madrid y Cataluña”

“Cuando me cogieron para la serie "El secreto del Puente Viejo", hice clases de dicción castellana”

Cristian Segura
La actriz Carlota Baró en Madrid.
La actriz Carlota Baró en Madrid. ULY MARTÍN

Pregunta. ¿Cree que en el sector cultural de Madrid trabajan más catalanes de los que la gente en Cataluña se imagina?

Respuesta. Corroboro que hay muchos catalanes trabajando en Madrid, y sí, seguramente más de lo que nos pensamos en Cataluña. Yo he alucinado con la cantidad de gente que me he encontrado.

P. En su ámbito, el escénico, ¿Cataluña y Madrid se han distanciado siguiendo los parámetros de la política?

R. Por suerte no veo que sea así. Hay una proximidad muy importante entre las dos ciudades, no hay barreras que te impidan, por ejemplo, acceder a pruebas en Madrid si estás en Barcelona. Yo no lo he vivido y en otras personas que conozco en el mundo de la interpretación, tampoco ha sido así, al contrario.

“Sí que en Madrid, hay voluntad de arriesgar y de innovar”

P. Quizá es porque el Madrid cultural es más cosmopolita.

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R. Sí, absolutamente. Me gusta mucho Cataluña, mi lengua es el catalán y en el ámbito laboral, con los compañeros catalanes hablamos en catalán cuando nos encontramos en un entorno profesional y nunca hay ningún problema, nadie pone inconvenientes ni se generan situaciones incómodas. El arte y la interpretación se dejan de historias.

P. ¿Madrid es actualmente más innovadora que Barcelona en teatro? Lo comento por su experiencia en la sala Microteatro por Dinero, de la actriz Llibertat Ribera, que hace un año que abrió en Gràcia pero que en Madrid inauguraron sala en 2009.

R. Quizá en Madrid hay un factor más plural, más abierto. No sé si son más innovadores pero si que hay un poco más de oferta en salas. Pero por lo que me dicen amigos, Cataluña está en un momento en el que se está rompiendo la tradición de que si no actúas en el Teatre Nacional (TNC), no tienes proyección. Sí que en Madrid, desde hace un poco más de tiempo, hay voluntad de arriesgar y de innovar. Aunque veo que el ritmo de Barcelona ahora en teatro y producción de televisión es increíble, hay un boom.

P. ¿Cómo interpreta esta tendencia en España de realizar series de televisión de contenido histórico? También sucede en otros países. ¿Es una manera de reivindicar la identidad de un país en tiempo de crisis?

R. Por la reacción de la gente que le gusta El secreto de Puente Viejo, cuando nos hemos reunido con espectadores o cuando me lo comentan por la calle, el hecho que la serie haga recordar cosas que se han contado en casa, encanta. No sé si es reivindicar identidades pero engancha mucho y en momentos vulnerables, social y culturalmente, hay como un placer de vivir en una época pasada, identificarse con cosas que los abuelos habían vivido.

P. Quizá también hay un punto de nostalgia en el asunto.

R. Sí, de evadirse hacia atrás porque el futuro es incierto. Y sobre todo porque se ven identificados, y se relajan, aporta tranquilidad. No sé si es una reivindicación de país pero sí de identificación.

P. Ha vivido todo el proceso independentista en Madrid. ¿Cómo ha evolucionado el debate en su entorno?

R. El interés ha caído muchísimo. Recuerdo el momento de plenitud, la gente te preguntaba constantemente, fueras independentista o no. Era una situación que preocupaba mucho. Desde hace año y medio, quizá dos, la gente pasa más, el tema no sale tanto, no es el día a día. ¡Mi madre me llamaba cada día! Ahora ya no es así.

P. ¿Cómo hace una actriz catalana para hacer una serie de época en Madrid y que no se le note el acento catalán?

R. Recibir clases de dicción castellana. Lo he discutido con mucha gente. Si en el trabajo te piden que hables en castellano y tienes acento catalán, o si has de hacer un papel en inglés sin el deje spanglish, trabajas para adaptarte al papel. Cuando me cogieron en la serie, al día siguiente me apunté a clases de dicción castellana. Venía de un entorno en el que todo el día hablaba catalán y tenía que asumir el rol de una doncella en un pueblo de España. Creo que sí es habitual hacer clases, y me parece una tontería la gente que no lo hace porque no quiere perder su acento. Es que es trabajo. Si alguna cosa me gustaría que sintetizara esta entrevista es que después de seis años en Madrid, defiendo que es necesaria esta conexión laboral abierta entre Madrid y Barcelona o Cataluña. No tiene que ser ningún problema aprender el acento castellano con unas clases. Son pequeñas cosas como pronunciar “coche” sin nuestro “tx”.

P. Esta conexión que defiendes, supone que pueda volver a Barcelona. ¿Tiene la oportunidad?

R. A mí me apetecería mucho volver a Cataluña a trabajar, con mi lengua. Independientemente del lugar, la cuestión es trabajar allí donde haya trabajo. El otro día grabé un texto en catalán para abrir el mercado catalán. A ver si tengo suerte.

P. ¿En que barrio de Madrid vive?

R. En Malasaña. El barrio nos encanta. Es una zona un poco apartada del centro de Malasaña pero así no estás en el bullicio. Son seis calles que parecen un pueblo. Todo gira alrededor del Centro Cultural Conde Duque, donde hay sala de teatro, de conciertos, exposiciones. Quizá vivo aquí porque me recuerda un poco a Gràcia. Malasaña y Gràcia, los dos barrios me encantan.

 

Perfil

Carlota Baró (Barcelona, 1989) hace seis años que reside en Madrid, en el barrio de Malasaña. Son los seis años que ha sido actriz de la teleserie de Antena 3 El secreto de Puente Viejo, su principal trabajo hasta el momento. La actriz compaginaba en Barcelona los estudios de Humanidades en la Universidad Pompeu Fabra con los de interpretación en la escuela Nancy Tuñón cuando le llegó la oportunidad de presentarse a un casting para la serie. Y se mudó a Madrid.

Baró confirma que no tiene nada que ver con la difunta Amparo Baró pese a que en Wikipedia aseguran que es su nieta. "Incluso hay entrevistas que me presentan así", comenta Baró riendo. Pese a que El Secreto de Puente Viejo es una serie diaria que ha ocupado con creces su tiempo laboral, Baró pudo subir a los escenarios en 2015 para representar la obra Los vencejos no sonríen, un trabajo de 15 minutos de duración, seis veces al día, en el Microteatro de Madrid, una iniciativa de ultraproximidad al público que nació en la capital en 2009 y que aterrizó en Barcelona en 2015.

Baró ha dejado este 2016 la serie de Puente Viejo para tomarse las cosas con más calma. Lo primero que quiere hacer es sacarse el carnet de conducir y después preparar una obra de teatro que representará en Madrid. Baró tiene una manera de hablar dulce y afable. Insiste en sus ganas de poder trabajar en Barcelona, como si tuviera un punto de miedo que en su ciudad, como lamentaba en estas páginas Silvia Marsó, se olviden de ella.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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