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Sale de la UCI uno de los bomberos con botulismo

Tras un mes ingresado en cuidados intensivos, uno de los afectados ya está en planta

Jessica Mouzo
Estantes vacíos sin las conservas sospechosas.
Estantes vacíos sin las conservas sospechosas.Albert Garcia

Uno de los dos bomberos de Girona afectados por botulismo salió ayer de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital Josep Trueta de Girona tras un mes ingresado. El hombre ya está en planta pero su compañero permanece hospitalizado en el servicio de intensivos en estado grave, aunque evoluciona favorablemente.

Los dos bomberos del parque de Palafrugell sufrieron una intoxicación alimentaria el pasado 27 de junio al ingerir un bote de judías infectado con la toxina botulínica, una sustancia muy dañina que bloquea funciones nerviosas y puede producir parálisis respiratoria y muscular. Los dos trabajadores empezaron a encontrarse mal pocas horas después de una comida y acudieron al día siguiente a las urgencias del hospital de Palamós, donde fueron derivados directamente al Trueta. Los facultativos de la UCI y de la unidad de Toxicología del hospital les administraron sérum antibotulínico, el único tratamiento para combatir los efectos de la potente neurotoxina. El cuadro clínico del botulismo empieza por fatiga intensa, debilidad, vértigo, y luego visión borrosa, sequedad de boca y dificultad para tragar y hablar. La enfermedad también puede producir debilidad en el cuello y los brazos, y afectar posteriormente los músculos respiratorios y a los músculos de la parte inferior del cuerpo.

A la espera de los resultados de los restos de comida, la Agencia de Salud Pública de Cataluña (ASPCAT) retiró cautelarmente del mercado dos productos en conserva: las judías y un bacalao desalado. Según los expertos, la toxina no se desarrolla al abrir el alimento o al cocinarlo, sino que la bacteria que genera esta toxina ya está presente en el momento en el que se pone el producto en la conserva. No genera ningún olor, ni color, ni sabor raro al ingerirlo, por lo que su presencia es inapreciable para los sentidos.

Cuando se confirmó que la toxina estaba en el bote de judías, Salud levantó la cuarentena a la otra conserva, que se volvió a comercializar. Por su parte, la empresa riojana Hermanos Cuevas, envasadora de las judías contaminadas, informó que, según sus conclusiones provisionales, un error humano pudo introducir en el canal de venta, de forma accidental, una partida de botes de judías que estaba aislada. Un portavoz de la compañía explicó que fue la propia empresa, de forma interna, quien detectó el pasado 20 de mayo una anomalía de calidad en una partida antes de salir al mercado, por lo que fue apartada del canal de distribución y fue convenientemente aislada y precintada.

Según el Departamento de Salud, en los últimos 25 años no ha habido ninguna defunción. En este tiempo se han confirmado siete brotes de botulismo con 20 personas afectadas en el territorio catalán, todos producidos por conservas caseras y en el ámbito familiar.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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