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La tensión con los manteros se traslada a la costa

Los vendedores ambulantes también montan sus puestos en paseos marítimos como el de Roses

Agentes de la policía vigilan a unos vendedores ambulantes en Roses
Agentes de la policía vigilan a unos vendedores ambulantes en RosesAlbert Garcia

La temporada alta de turismo ha disparado la tensión entre los vendedores ilegales del top manta y la policía en numerosas localidades de la costa catalana. En Roses (Alt Empordà) decenas de manteros desafían cada tarde a los cuerpos policiales montando y desmontando sus puestos del paseo marítimo cada vez que pasa la policía local.

En la mayor parte de casos los manteros se limitan a esperar con su mercancía en la arena de la playa, donde no patrulla la policía local. Ayer, sin embargo, la tensión creció notablemente al llegar refuerzos tanto de los Mossos d'Esquadra como de la Guardia Civil.

Mientras, en Barcelona, la oposición cargó ayer contra la alcaldesa Ada Colau por el conflicto abierto con los vendedores ambulantes, que el domingo se manifestaron delante de la cárcel Modelo por el encarcelamiento de cuatro manteros. El líder de ERC en el Ayuntamiento, Alfred Bosch, recriminó a la alcaldesa que haya permitido la expansión de la venta ambulante ilegal y aseguró que, con su inacción para abordar este fenómeno, Colau ha creado “un problema de dimensiones inéditas”. La concejal de Ciutadans, Carina Mejías, criticó la "permisividad" de la alcaldesa con los vendedores ambulantes.

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