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Tarragona y Girona, pendientes de la caja; Lleida, destino al alza

La costa registra buenas ocupaciones y las comarcas del interior también prevén llenar

Una imagen de la playa de Llevant en Salou.
Una imagen de la playa de Llevant en Salou.JOSEP LLUÍS SELLART

Acostumbrados a las buenas ocupaciones, en Tarragona y Girona el éxito de las temporadas turísticas se mide en facturación. Lleida, con un sector más desestacionalizado, se posiciona y espera consolidar su tendencia al alza.

La Costa Daurada confía mejorar el verano 2015

En la Costa Daurada la temporada arrancó con buenas previsiones y con la inercia ilusionante que dejó una Semana Santa con ocupaciones por encima del 80% en los hoteles y de más del 60% en los apartamentos. Pero los hoteleros recuerdan que la temporada 2015 fue floja. Un extremo que matiza el Patronato de Turismo de la Diputación. “Hubo que hacer ofertas al no venderse las plazas libres no se vendían”, indica su directora técnica, Marta Farrero. Apunta que las camas sí se llenaron pero que la caja fue más exigua que en otras campañas. Este año “los precios se mantienen, reflejo de que la demanda es estable”.

La mitad de los turistas de la Costa Daurada son clientes domésticos, llegados de otros puntos de Cataluña o España. Entre los extranjeros, los primeros son los británicos. Ocupan una quinta parte de las camas, según la Asociación Hotelera Salou-Cambrils-La Pineda. Los británicos, además, reservan con bastante antelación, por lo que por ahora el Brexit no ha impactado en la zona. Con todo, la presencia de británicos ha caído en una década: han pasado de generar 3,5 millones de pernoctaciones a 1,7 en 2011. Aunque para descenso, el del mercado ruso, que hizo variar estrategias comerciales y ahora solo representa el 4,3%. En global, sin euforia, hay unanimidad en que la ocupación en julio ha rebasado el 80% y que en agosto rondará entre el 90% y el 95%. Con otro ritmo, las previsiones son buenas en las Terres de l’Ebre.

Demasiadas expectativas en las playas del norte

El crecimiento en Girona ha sido menor del esperado en julio. Hay mejora, pero lejos de los pronósticos de cifras récord. Se esperaban más franceses (un tercio del total, debido a los atentados recientes); rusos (aún con el rublo debilitado) y británicos (aquí sí dicen que el Brexit ya influye). Prueba de ello es que en Lloret de Mar, que concentra el 50% de la oferta hotelera en la Costa Brava, no están eufóricos. En su caso, la quiebra del touroperador británico de bajo coste Travel que dejó a 100.000 personas sin viajar ha terminado por minar los ánimos. Todo ello, a pesar de recibir turistas que desistieron de ir a Turquía o Egipto y de constatar una gran mejora del turismo nacional.

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Con todo, como es habitual, en agosto se prevé con un lleno difícil de mejorar. El sector valora los éxitos de la temporada por los resultados de los meses anteriores y posteriores al de agosto y del precio que pagaran los turistas. Lo que cuenta en defintiva es la caja. Desde la Unión de Hostelería y Turismo de la Costa Brava-Centro, el gerente Martí Sabrià explica que en los años de crisis tuvieron que reducir costes y bajar precios. Este año, los han incrementado entre un 5 y un 6%.

En los peores agostos de la crisis alcanzaron un 93% de ocupación y según Sabrià a lo máximo a lo que se pueden aspirar es a un 96 o 97%. Otra clave es que trabajan hasta octubre. También el presidente del Gremio de Hostelería de Lloret, Enric Dotras, coincide en la necesidad de “alargar la temporada” para que salgan los números.

El presidente de la asociación de Campings en Girona y de la Federación en Catalunya, Miquel Gotanegra, ve exagerado hablar de récord. Con 135.000 plazas ofertadas, en agosto la ocupación alcanza el 88% y para hablar de récord debería ser igual de elevada en julio, cuando ha sido del 70%. También el presidente de la Asociación Turística de Apartamentos (ATA) en Girona, Lluís Parera, cree que “se han pasado un poco de optimismo”. Quien sí ha registrado un aumento de hasta el 15% ha sido la oferta de turismo rural, explica el presidente de la asociación del sector en Girona, Ramon Corominas.

Sin mar pero con oferta variada todo el año

Hace una década que la única provincia de Cataluña que no tiene playas se posiciona como destino turístico y las perspectivas de este verano son de consolidar la tendencia alcista. La variedad de la oferta es una de las claves: gastronomía, pesca, cultura, Pirineo, las falles reconocidas por la Unesco, el turismo en moto... Incluso Kilian Jornet ha atraído visitantes a la montaña.

Además, como recuerda el director del Patronato de Turismo de las Terres de Lleida, Juli Alegre, “Lleida recibe turistas durante las cuatro estaciones del año”. Este verano confía incrementar las pernoctaciones hasta 1.670.000, un 6% más que en 2015. En toda la provincia hay 56.000 plazas entre hoteles, campings, casas rurales y bungalows. En julio la ocupación media ha sido del 50% y en agosto rozará el lleno. Josep Castellarnau, el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, confirma que las expectativas este año son excelentes en toda la provincia.

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