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Tribuna
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Una calle para Arturo Barea en Lavapiés

El autor sostiene que el escritor debería ser homenajeado en el barrio donde vivió y no en otra parte de la ciudad como propone el Comisionado de la Memoria Histórica

Para los admiradores de Arturo Barea (1897-1957), autor de la trilogía La forja de un rebelde, que murió en el exilio en Inglaterra, es una gran noticia que el Comisionado de la Memoria Histórica haya decidido honrarlo otorgando su nombre a una calle de Madrid. Me alegro, en particular, porque junto con dos amigas lancé una petición en diciembre pasado reclamando al Ayuntamiento que reconociese al gran escritor.

Nos parecía justo, pero en Lavapiés, escenario de su obra y donde pasó su infancia, y no donde el Comisionado ha decidido. Salvo una calle con su nombre en Badajoz, donde nació, y en el pueblo de Novés (Toledo), donde vivió en 1935, Barea no es reconocido en España. Se le recuerda mejor en su país de acogida. En 2010 me encontré la lápida conmemorativa deteriorada de Barea en el cementerio Faringdon, en la campiña de Oxford, que restauré junto con unos amigos y admiradores del escritor. En 2013 colocamos una placa en la fachada de su pub favorito.

Nuestra petición, respaldada con 1.453 firmas y entregada al Ayuntamiento, no pretende quitar un nombre para poner otro (a Barea no le habría gustado), y tampoco que fuera incorporado a la lista de 27 calles o plazas franquistas cuyas denominaciones se cambiarían por la Ley de la Memoria Histórica. Teníamos claro que nuestro proyecto no debería considerarse parte de la polémica ley. Además, si los cuatro partidos no se ponían de acuerdo sobre nuestra iniciativa, la retiraríamos. Presentamos el proyecto al pleno de Centro el 19 de mayo (¡a las 11 de la noche!) y logró el apoyo de todos, incluyendo el PP, que se opone a la ley.

Luego, Jorge García Castaño, concejal del distrito, nos citó para acordar dónde conmemorar a Barea. Identificamos tres plazas sin nombre y optamos por dejar la elección en manos del pleno. También decidimos colocar una placa en lo que queda de las Escuelas Pías, en Tribulete, la escuela a la que asistió Barea hasta los 13 años, y que vio como ardía en 1936.

Según lo que sabemos, la prominente calle del General Asensio Cabanillas, en Chamberí, llevaría el nombre de Arturo Barea, pero no cuenta con el apoyo del PP, a diferencia de nuestra iniciativa para Lavapiés. Oficial africanista, Cabanillas formaba parte de la causa nacional desde el levantamiento de julio del 36 en Tetuán. Se da la circunstancia que Barea asistió al desastre de Annual como sargento (contado en La ruta). ¿Conoció a Cabanillas? Ignoramos si el Comisionado ha secuestrado nuestra petición o es que el en el Ayuntamiento una mano no sabe lo que hace la otra. Consideramos que Lavapiés es el lugar más apropiado para la calle de Arturo Barea.

William Chislett es el autor de varios libros sobre España.

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