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Girona, del cine mudo a ‘Juego de Tronos’

Una exposición recorre un siglo de películas y series rodadas en una ciudad que acogió 55 filmaciones de todo tipo en 2015

Preparativos para el rodaje de 'Juego de Tronos' en el barrio viejo de Girona, en agosto del pasado año.
Preparativos para el rodaje de 'Juego de Tronos' en el barrio viejo de Girona, en agosto del pasado año. PERE DURAN

Apenas un mes después de la emisión del último (y espectacular) capítulo de la sexta temporada de Juego de Tronos, los turistas que estos días visitan Girona ya se entretienen en localizar e inmortalizar los escenarios que aparecen en la serie de la cadena HBO. Desde las calles del Barrio Viejo convertidas en el reino imaginario de Braavos que pisó Arya Stark hasta las mismísimas escaleras de la Catedral que fueron el Septón Supremo en Desembarco del Rey, antes que en la ficción todo volara por los aires. Por supuesto, Girona sigue en pie y ahora la serie la ha proyectado en el panorama internacional. Pero este no ha sido el único papel que ha interpretado la ciudad. Aprovechando el tirón mediático, una exposición ofrece un recorrido por las producciones cinematográficas y televisivas filmadas en Girona en el último siglo.

Girona Plató (organizada por el Consistorio, los museos de Historia y del Cine y la Girona Film Office) muestra cómo se ha transformado la ciudad para las películas y series, ya sea recreando otras localidades y mundos ficticios o interpretándose a ella misma, como en Soldados de Salamina (2003). Primero fue el documental mudo de un pionero del cine, Segundo de Chomón, con Gerona, la Venecia española (1912). La siguieron otros títulos, la mayoría reflejando la ciudad gris que era, hasta que llegaron Ava Gardner y James Mason para rodar Pandora y el holandés errante (1950). Esta película de Albert Lewin supuso un punto de inflexión de Girona como plató y la abrió a un mundo de posibilidades culminando, hasta ahora, con el exitazo televisivo de Juego de tronos.

La exposición se divide en cuatro ámbitos y se ubica en la Casa Pastors, a los pies de la Catedral. El edificio es, precisamente, el lugar donde decenas de extras de Juego de Tronos descansaban durante los larguísimos rodajes. La primera sala, dedicada a la Ciudad en construcción, satisface ya a los fans de la serie: dos vestidos de la corte de Desembarco del Rey y uno de Invernalia y un uniforme de la Guardia de la Noche presiden un espacio complementado por reproducciones de armas, como la Aguja de Arya Stark o la espada de Jaime Lannister. También se pueden ver unas fotografías de archivo con autógrafo de una jovencísima Diana Rigg (Olenna Tyrell, en la serie) y otras del gran (y lamentablemente desaparecido) Alan Rickman, quien apareció en El Perfume (2006), otra de las grandes producciones que se rodaron la ciudad.

La Girona “disfrazada” forma la temática de la segunda sala. Además de El Perfume, donde la ciudad recrea el pueblo francés de Grasse, también se exhiben imágenes del rodaje de El Monje (2011), con la túnica original que utilizó su protagonista, Vincent Cassel, así como carteles y material fotográfico de otras películas como Daniya, jardín del harem (1988), Rapsodia de Sangre (1958), The Pelayos (2012), El canto del gallo (1955) o el cartel que anunciaba la corrida de toros con Mario Cabré y que sirvieron para filmar las imágenes que se utilizarían para Pandora y el holandés errante.

Tras pasar por una sala dedicada a los rodajes publicitarios (la mayoría, de coches, como un anuncio del 2013 con el jugador de baloncesto Tony Parker) y otra con la instalación Lluvia de ideas (hojas que caen del techo y guiones cinematográficos de algunos de los filmes) se llega a la sala principal con La ciudad revelada, donde Girona no sólo es escenario si no que se interpreta a sí misma. Aquí Soldados de Salamina adquiere protagonismo (una gran imagen de Ariadna Gil paseando por el puente de Hierro seduce al visitante) así como también sobresalen los cineastas locales. Entre ellos, Isaki Lacuesta, con Murieron por encima de sus posibilidades(2014), ejemplo de la profunda transformación, en género y forma, a la que ha llegado la ciudad: de una Girona triste a otra romántica, cómica, fantástica….

Decenas de carteles y fotografías de rodajes de otras películas, muchas olvidadas que ahora se redescubren y otras tantas conocidas como Ocho apellidos catalanes (2015) o Tengo ganas de ti (2012), Dos a la carta (2014) o Trileros (2003), completan el medio centenar de producciones de la exposición. Se puede ver, de manera gratuita, hasta el 6 de noviembre.

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Según la Girona Film Office, la ciudad acogió 55 rodajes el 2015 (muchos, anuncios y promociones) después de los 29 del 2014 o los 45 del 2013, frente a los 18 de 2010.

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