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El sector renovador de CDC critica la opacidad de la votación del Congreso

"No se puede tratar a la gente de idiota", clama uno de los candidatos a integrar la nueva ejecutiva del partido

Dani Cordero
Francesc Homs, en el Congreso.
Francesc Homs, en el Congreso.ULY MARTIN

El bloque renovador de Convergència, el que aspira a gobernar el partido a partir de la próxima semana, censura la opacidad que impera entre sus diputados sobre la votación del pasado martes en el Congreso. No les molesta tanto que reforzaran al PP y a Ciudadanos en la Mesa sino que se nieguen a admitirlo y a explicitar su objetivo: lograr grupo propio. “No se puede tratar a la gente como idiotas”, soltó Marc Castells, aspirante desde hoy a ser miembro de la nueva ejecutiva.

El equipo de confianza de Artur Mas, ahora con Francesc Homs como cabeza visible, vuelve a ser el blanco de las críticas de las bases del rebautizado Partit Demòcrata (PDC). Se abrió la veda durante el congreso celebrado hace dos semanas y la intención de no callar esos reproches continúan. La contestación interna a la votación en la Cámara baja fue ayer muy dura por parte de tres personas que pretenden jugar un papel relevante en la dirección del nuevo partido, que justo hoy pone en marcha las votaciones para decidirla.

El más duro fue Castells, alcalde de Igualada e integrante de la candidatura a la que se da casi como vencedora para controlar la ejecutiva de la formación, encabezada por Marta Pascal y David Bonvehí. La dureza de sus palabras —el uso del término “idiota”— sentó mal en algunas corrientes del partido, que llamaban a analizar sus apoyos tras las votaciones. Si un aspirante a miembro de la dirección nacional no es capaz de recoger la mitad de los votos cosechados por su candidatura se queda fuera de la ejecutiva.

Castells aseguró en primera persona del plural que se habían hecho las cosas “muy mal” y que “no se podían permitir” hechos como los sucedidos el martes, una opinión compartida por el líder de la otra candidatura, Ignasi Planas, procedente de Reagrupament, el partido que salió de una escisión de ERC y que ahora se ha integrado en el Partit Demòcrata. “Todos tenemos la sensación de que no se está diciendo toda la verdad”, dijo en una entrevista conjunta con Castells en Catalunya Ràdio.

Puigdemont pone condiciones a la CUP

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tildó de “ridícula, absurda e incomprensible” la posibilidad de que la CUP le apruebe la cuestión de confianza de septiembre sin garantizarle los Presupuestos de 2017. Así que le reclamó vincular ambos procesos por su relación directa: “Cuando se hace una ratificacíón del presidente se hace con su programa de gobierno y su desarrollo”. Puigdemont no quiere que se repita el mismo capítulo del pasado mes de junio, cuando la CUP le impidió tramitar los Presupuestos de este año. Lo dijo en una entrevista desde el Palau de la Generalitat con preguntas de ciudadanos realizadas a través de Twitter y con el hashtag #KRLSrespon, y en el que reiteró que tiene intención de cumplir la hoja de ruta en los 18 meses previstos inicialmente. “Será el que nos lleve a las puertas de la independencia”, dijo, sin aclarar si lo abriría a otras propuestas de partidos.

Las críticas no se dirigen al hecho de que se haya apoyado al Partido Popular y a Ciudadanos, a los que la candidatura de CDC impuso un cordón sanitario durante la campaña, sino a la “nebulosa” que rodea a la votación. Francesc Homs niega o evita aclarar si los convergentes votaron a favor de las dos formaciones de derecha que más oposición muestran al proceso independentista.

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Homs, quien será presidente del grupo parlamentario de Convergència —ayer se registró como Grupo Parlamentario Catalán a la espera de que la próxima semana sepa si se lo conceden finalmente—, se ha escudado en que “la votación es secreta” para evitar aclarar en qué sentido votaron sus diputados y el motivo de esa elección, que iba en contra de los intereses del PSOE. Lo único que aclaró Homs es que tiene intención de votar en contra de la investidura de Mariano Rajoy.

Otra de las voces relevantes que ayer se alzaron fue la de Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat del Vallès (la mayor alcaldía que controla CDC) y aspirante a presidir el consejo nacional del partido. Ya fue una de las militantes que el viernes pasado echaron por tierra la propuesta de dos nombres que el equipo de Mas ofrecía para el partido. “En política se debe poder explicar por qué se hacen las cosas. Si es cierto que hay diputados de CDC que votaron a favor, se debe poder contar. El PDC debe ser mucho más transparente en las acciones que llevamos a cabo”, afirmó.

Tanto Castells como Planas dieron por descontado que a partir de la próxima semana, con la nueva ejecutiva en marcha, el funcionamiento del partido, que seguirá presidido por Artur Mas, cambiará. La autonomía del grupo parlamentario tal y como hoy se entiende quedará restringida y sus decisiones tendrán que ser validadas por la dirección. Los movimientos de Homs, un hombre muy próximo a Mas y con mucho poder en el partido, quedarán acotados. Planas hizo un llamamiento a superar “algunos tics del pasado” y “recuperar valores democráticos”.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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