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La muerte persigue al abogado de Usera

Salas Coveñas denunció en 2006 a juezas que favorecieron a un narco israelí. Fue asistente de un juez asesinado por mafia mexicana

Asesinato en UseraFoto: atlas

Una serie de muertes persigue desde 2006 al exsecretario judicial Víctor Salas Coveñas, el dueño del bufete de la barriada madrileña de Usera donde este miércoles fueron asesinadas tres personas en su ausencia del despacho. Un juez del que fue asistente cayó asesinado por la mafia. Y una empresaria que hizo brujería contra él fue estrangulada en su casa.

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En 2005, Salas Coveñas era secretario judicial de la magistrada Ana Espinoza, vocal provisional de una Sala Penal de la Corte Superior de Lima, en el juicio contra un narcotraficante israelí. El servidor judicial denunció al año siguiente a su jefa y a otra vocal por cuatro irregularidades en ese proceso. Espinoza era amiga de la empresaria judía Myriam Fefer y asistía a sesiones de brujería que organizaba esta. La foto del abogado estaba en el altar de magia negra de Fefer, quien fue asesinada (estrangulada) en agosto de 2006.  

El narco israelí se acogió a una ley para la conclusión anticipada del proceso. Pero Espinoza usó otra norma para rebajarle la pena, y pidió a su subordinado otras gestiones para favorecer al condenado: asignarle un traductor que era pareja de Fefer y tramitar con una fecha anterior unos documentos.

En una entrevista que concedió en 2008 al diario El Comercio, Salas Coveñas vinculó a la empresaria Fefer y Espinosa con el narcotraficante Zeev Chen. El asistente declaró que la amiga de Espinoza asistió a audiencias judiciales de Chen, cabecilla de la organización llamada La Estrella. Sin embargo, el israelí alegó no conocer a Fefer. “Ese secretario está diciendo eso porque ha sido pagado por uno de los cabecillas del narcotráfico, Moshe Baum, para culparme de la muerte de Fefer”, dijo al diario Perú21 en 2009.

Familiares de una de las víctimas del triple asesinato de Usera.
Familiares de una de las víctimas del triple asesinato de Usera.Alvaro Garcia (EL PAÍS)
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Tras el asesinato de Fefer, la policía encontró en un altar en casa de la empresaria las fotos de Salas y de la procuradora antidrogas Sonia Medina en un plato con un cuerno, canela y sal, reportó entonces el semanario Caretas. Medina había denunciado, ante el Órgano de Control de la Magistratura, a Espinoza y a la vocal Carmen Rojjasi porque una semana después de sentenciar al delincuente israelí redujeron la suma de la reparación civil, de 500.000 (US$ 152.276 dólares) a 50.000 soles (entre 152.000 y 15.000 euros).

Pese a que el juicio por la muerte de Fefer duró casi nueve años, solo se esclareció que un sicario colombiano la asesinó, pero no se ha conocido el móvil ni quién ordenó el homicidio.

En abril de 2009, tras las denuncias de Salas Coveñas y de la procuradora antidrogas, el Consejo Nacional de la Magistratura destituyó a Ana Espinoza. Rojassi fue sancionada en 2006 con una suspensión de 60 días, pero fue separada del Poder Judicial en 2013 por su flexibilidad en varios casos de narcotráfico.

Tijuana y el juez Saturno

Antes del caso del narco Chen, ligado al complejo proceso de Fefer, Salas era asistente judicial de la Primera Sala Penal de Reos en Cárcel cuando esta condenó a miembros del cartel de Tijuana. En junio de 2005 el tribunal presidido por Carlos Escobar, con los vocales Hernán Saturno y Aldo Figueroa, desbarataron una maniobra judicial de 25 presos que reclamaban salir de prisión, por haber superado en exceso el tiempo de presidio sin ser juzgados. Estaban presos desde que fueron detenidos con un alijo de cocaína -en 2002 en el norte del país-. Les extendieron la orden por 20 meses más. El diario La República relató que los detenidos gritaron y amenazaron al conocer la sentencia. Escobar fue enviado luego a un juzgado anticorrupción y reemplazado por la juez Rojjasi.

Un año después, en julio de 2006, una tarde en que el juez Saturno almorzaba con un familiar a una cuadra del Palacio de Justicia en Lima, fue asesinado por sicarios que usaron un arma con silenciador. El magistrado le había pedido a su guardaespaldas que se retirara porque iba a estar acompañado.

Salas Coveñas partió a España dejando a su familia en Lima luego de la polémica con la violenta mafia israelí, cuando Chen intentó vincularlo con Moshe Baum. En 2008 contó a El Comercio que se fue “por motivos estrictamente académicos y laborales”.

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