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La CUP veta los Presupuestos y deja en el aire la legislatura

Los anticapitalistas ratifican, por 29 votos frente a 26, el incumplimiento del pacto de estabilidad firmado con Junts pel Sí

Munté, Puigdemont y Junqueras, este martes.Vídeo: M. Minocri | EFE

La CUP decidió la noche del martes mantener la enmienda a la totalidad a los Presupuestos, con lo que deja en una situación sumamente delicada al Gobierno de Carles Puigdemont. Tras tres horas de deliberación, los diputados y miembros del consejo directivo de los anticapitalistas han acordado ratificar el veto a las cuentas que se debaten este miércoles en el Parlament. Junts pel Sí no tiene más apoyos. Antes de la reunión, el Ejecutivo avisó que si la CUP no retiraba la enmienda a la totalidad "habría consecuencias". De hecho, el Gobierno se plantea todos los escenarios, incluido el del avance electoral. Los anticapitalistas no se han dejado arredrar ante esas advertencias y han sostenido que esa decisión no es responsabilidad suya y que su objetivo es seguir trabajando por la independencia y los presupuestos de 2017.

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En un clima de división similar a la fractura que vivió la formación en la negociación de investidura, la votación se saldó con 29 votos a favor de la enmienda, 26 en contra y tres abstenciones. El grupo parlamentario eludió aclarar su correlación de fuerzas más allá de confirmar que su posición era escuchar la asamblea. Los diputados, en todo caso, no participaron en la votación. Tras el cónclave, la diputada Eulàlia Reguant explicó que habían acordado que era “necesario” mantener la enmienda y aclaró que, en todo caso, su decisión era “no vetar a nada sino hacer un veto" para seguir trabajando con el Gobierno.

El veto generó una profundísima irritación en Convergència que ha visto como toda la presión que han ejercido con los anticapitalistas han caído en saco roto. Consciente de que hoy miembros de CDC y Esquerra les acusarán de haber puesto contra las cuerdas el proceso secesionista, la CUP intentó dar argumentos para explicar que no son culpables del bloqueo. Albert Botran, considerado del sector más moderado, reveló que este fin de semana hubo negociaciones con Junts pel Sí encaminadas a formalizar un mayor compromiso para no cumplir el objetivo del déficit, en los impuestos cedidos por el Estado o en los suspendidos. Según la CUP, sobre todo una parte de Convergència, se opuso a nuevas “cesiones” y frustró el acercamiento. El posible acuerdo hilvanado el fin de semana llegó recortado el lunes. Y ayer, justo una hora antes de la reunión, otra nueva propuesta. “El clima preelectoral no ha ayudado en la decisión”, señalaron los diputados, que culparon a Junts pel Sí de haber presentado el proyecto de Presupuestos sin haberlo pactado con antelación.

Pese a las advertencias del Ejecutivo, la CUP no da por agotada la legislatura y, en todo caso, no se hace responsable de ese desenlace. “Siempre hemos dicho que la legislatura nos se acababa. No depende de nosotros. Hay que seguir avanzando con la ruptura del Estado”, señaló Reguant que reiteró que mantienen la fidelidad con la declaración del 9-N pero no con las políticas de recortes.

Poco antes de la reunión, el Gobierno catalán había hecho un último llamamiento para intentar convencer a la formación anticapitalista. La consejera portavoz, Neus Munté, ha insistido en los puntos esgrimidos en la última semana por el Ejecutivo cuando el consejero de Salud, Toni Comín, ha tomado la palabra y ha destacado que el veto “no beneficia el Govern”, sino que perjudica a “las personas más vulnerables de nuestro país”. Comín intentaba proyectar sobre ciudadanos lo que el Ejecutivo catalán ha defendido desde el primer momento: que se trata de los Presupuestos más sociales de la historia de la Generalitat (en porcentajes respecto al conjunto de las cuentas, nunca en cifras absolutas). El titular de Sanidad también pretendía cargar sobre los hombros de la CUP las consecuencias de mantener prorrogados los Presupuestos de 2015.

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La realidad, no obstante, es que el Gobierno de Puigdemont encara un escenario “incierto” del que no quiere hablar, porque le obligaría “a replantear las cosas” tanto en su día a día como en el del conjunto de la legislatura. El actual debate, el más serio de las relaciones entre Junts por el Sí y la CUP, ha creado dos tabúes. Uno es del plantear la retirada de los Presupuestos, tema del que Junts por el Sí no quiere ni oír hablar porque sería una muestra de su debilidad. El otro, el futuro del pacto con los anticapitalistas y la convocatoria de unas nuevas elecciones. Y esta respuesta, todavía más de fondo, es la que ha evitado este martes Munté después de reiteradas preguntas. La portavoz ha admitido que si la CUP mantiene la enmienda a la totalidad de los presupuestos “es evidente” que el pacto de ”estabilidad” de enero “se habría incumplido”.Munté se ha limitado a afirmar que el escenario de los Presupuestos bloqueados “requeriría de una reflexión que replantee cuestiones de primer orden”. Desde el día a día del Ejecutivo catalán al futuro de la legislatura. Pero más allá de esto, el Govern evita especular sobre que sucederá después del consejo político que la CUP celebrará a partir de las siete de esta tarde.

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