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El azote del Banco Expropiado

Una anciana hace frente a los okupas y les llama "ladrones"

Alfonso L. Congostrina

Una anciana vecina de Gràcia está causando furor en las redes sociales después de hacer frente a los okupas del llamado Banco Expropiado. Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo por la tarde, después de la manifestación, cuando una decena de okupas se sentó en la calle Mare de Déu dels Desemparats frente a un cordón policial que impedía que accedieran a las inmediaciones del local.

El ambiente era distendido cuando la anciana se colocó entre los okupas y los agentes y comenzó su discurso. Preguntó a los presentes si sabían de algún lugar que pudiera okupar para vivir. “Estoy muy mal de dinero”, aseguró.

La sonrisa y la estética delataron a la señora y los okupas comenzaron a hacerle frente justificando que el Banco Expropiado era un "casal para el pueblo", a lo que ella continuó con su sermón asegurando que el casal “tiene un amo”. “Los que cogen las cosas de los demás y luego quieren hacerse los buenos, lo que hacen es hacer de ladrones, os lo digo yo”, aseguraba la anciana. Fue entonces cuando los okupas encasillaron políticamente a la mujer como una votante de Convergència. La acusación acabó de crispar a la protagonista del vídeo, que comenzó a criticar a Xavier Trias (aunque lo confundía con Ramón Trías Fargas) y le acusaba de haber pagado el alquiler del local con dinero público: “también me ha robado a mi”.

La anciana, vecina de Gràcia, llevaba días paseando por las inmediaciones del Banco Expropiado. De hecho el pasado jueves se la pudo ver por la plaza de la Revolución intentando arrancar, discretamente, algunos carteles de los okupas y asegurando a la prensa que “los okupas son ladrones”.

No sólo se la ha visto aquí, sino que estaba junto a una treintena de manifestantes el pasado 18 de mayo en la plaza Orfila de Barcelona rechazando la visita de Arnaldo Otegi en Cataluña. La anciana entonces, con idéntica dialéctica con la que se enfrentaba el domingo a los okupas, realizaba silogismos en los que criticaba que en Cataluña se “invite a un asesino”. Junto a ella una compañera pedía avales, en forma de firma, para Vox.

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