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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La felicidad era eso

El problema de un concierto como el de Coldplay es que se acaba y tienes que volver a la vida real que ya no es viva la ídem

Concierto de Coldplay en el estadio Olímpico de Montjuic de Barcelona.Foto: atlas | Vídeo: Carles Ribas / ATLAS
Jacinto Antón

El problema de un concierto como el de esta noche de Coldplay es que se acaba y tienes que volver a la vida real que ya no es viva la ídem. Dos horas largas de felicidad. Hermosa, colorista, alegre y espectacular felicidad. Un baño de belleza, imaginación, luz y buen rollo que ha puesto un envoltorio inigualable a las bonitas canciones del grupo. A ver quién vuelve mañana a trabajar después de eso.

Ante los efectos visuales solo cabe quitarse el sombrero y tratar de redefinir la palabra psicodelia. Las proyecciones, de una calidad sobrenatural, han mezclado imágenes reales, surreales y abstractas, a menudo como un gigantesco caleidoscopio. Vas de tripi y no vuelves. Hemos visto unos prodigios para frotarse los ojos y pensar que se está soñando. Recuerdas los viejos conciertos de Pink Floyd que nos parecían el acabose y da risa.

La estampa de Chris Martin corriendo por la pasarela rodeado de la miríada de luces de las pulseritas del público como si atravesara un campo de flores púrpura o de luciérnagas es de las que no se olvidan. En medio de Paradise un tipo me ha lanzado sin querer su cerveza por encima: nos hemos mirado y hemos sonreído. Él incluso ha suspirado. Así ha sido el ambiente general.

En A sky full of stars la pantalla central ha mostrado un firmamento abarrotado de estrellas y el estadio se ha convertido en una vía láctea poniendo el cielo a los pies de la banda. Hemos visto rosetones de catedral que viraban de color, amaneceres y atardeceres que quitaban el hipo, a Martin desdibujándose en estallidos de luz y siendo aspirado en el suelo por un remolino de pintura delicuescente; hemos visto pájaros, globos, confeti de estrellas, cohetes, fuegos. Todo eso hemos visto y otras cosas que aún me pellizco.

Coldplay han homenajeado a Bowie con unas estrofas de Heroes, han conseguido parecer cercanos y hasta íntimos en medio de semejante despliegue, nos han puesto a bailar, nos han puesto tiernos y hasta tontorrones y nos han regalado tanta y tan abrumadora felicidad que no se los perdonaremos. Hemos salido del Estadi empeñados en volver a la realidad porque, ha quedado dicho, no puedes, ay, vivir para siempre en un concierto de Coldplay. Pero entonces, en medio de la noche, la pulserita se ha puesto a sonar como si nos lleváramos a casa la quinta columna de la felicidad: una llamita de Coldplay para ir tirando.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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