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“No se puede permitir que destrocen el barrio”

El barrio barcelonés de Gràcia trata de volver a la normalidad tras dos noches de disturbios

Imagen de los momentos previos al desalojo del Banc Expropiat.
Imagen de los momentos previos al desalojo del Banc Expropiat.Joan Sanchez

El barrio de Gràcia vuelve poco a poco a la normalidad dos días después del desalojo del centro okupa conocido como Banco Expropiado. Los vecinos retoman sus rutinas diarias después de dos noches de duros enfrentamientos entre los okupas y los Mossos d'Esquadra que, este martes por la noche, se saldaron con seis agentes heridos leves y una docena de contenedores volcados en las calles del barrio por las que transcurrió la manifestación.

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La confluencia entre Travessera de Gràcia y la calle la Mare de Déu dels Desemparats, donde hasta este lunes tenía su sede el banco expropiado, es el centro de todas las miradas. Al otro lado de la calle, en una de las paradas del mercado del barrio que vende ollas y utensilios de cocina, el dependiente, que prefiere no dar su nombre, asegura que "no ha notado desperfectos" en su establecimiento. Montserrat Camps, otra de las tenderas de las paradas del exterior del mercado, coincide en que su negocio no se ha visto afectado. "Cerramos temprano y no rompieron nada", pero asegura que sí que notan una bajada en las ventas: "Si tenemos que cerrar antes el lunes, el martes y así toda la semana no vendemos. Nosotros somos autónomos y si no vendemos no comemos", sentencia.

Las manifestaciones podrían continuar. Algunos vecinos como Ramiro, cliente del café Caracas, se sorprende: "¿Hoy seguiremos igual? ¡Válgame Dios! ¿a dónde iremos a parar?". Otras vecinas, como Ester Ollé y Anna Nicolás, aseguran que no están en contra de las protestas: "Todos tenemos derecho a salir a la calle a protestar, pero lo que no se puede permitir es que destrocen el barrio", comenta Nicolás, a lo que Ollé apunta: "Pero no solo fueron los okupas. Los mossos con las furgonetas tiraron motos".

Nicolás y Ollé dicen no tener miedo, pero prefieren "quedarse en casa" cuando hay manifestaciones. "Por unos y por otros" comenta Ollé. "Los okupas no son los únicos que producen destrozos, los Mossos con las cargas también, y además con ellos tienes que andarte con mucho cuidado".

Y dentro del mercado... el tema es el mismo. Dos señoras mayores que salen del puesto de frutas y verduras comentan los disturbios de la pasada noche.  Carmen comenta: "Sí, todo es normal hasta que al final hay una tragedia. Estos chicos —los okupas— tienen que parar, ya no solo por la gente de la calle sino por ellos mismos". 

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Los vecinos de las zonas colindantes al Banco Expropiado son los que más han sufrido los altercados nocturnos. Una señora mayor, vecina de Travessera de Gràcia, que prefiere no dar su nombre por miedo a los Mossos d'Esquadra, asegura que en la noche de ayer los agentes actuaron de forma muy violenta no solo con los manifestantes sino también con los vecinos. Cuando la señora se asomó al balcón de su casa, durante la cacerolada que precedió a os incidentes, uno de los agentes le gritó: "¡Métase dentro hostia!". La señora, que asegura que pasó miedo, relata que ella solamente estaba "mirando lo que pasaba, pero yo no tenía ni cacerola ni nada".

La labor social del Banco Expropiado

En lo que sí que coinciden todos los vecinos del barrio es en la labor social que ejercía el Banco Expropiado. "Repartían ropa a los que lo necesitaban y comida", explica Nicolás: "También daban clases de inglés. No hacían mal a nadie". La alcaldesa, Ada Colau, les ha ofrecido otro local vacío para que continúen con "una labor que los vecinos apreciaban". Ellos lo han rechazado.

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