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Padrinos ilustres para una capilla laica de Tàpies

Directores de museos de Barcelona y Madrid presentan la apertura al público del patrimonio de la UPF, incluida la Sala de Reflexión del pintor

José Ángel Montañés
La Sala de Reflexión de Tàpies en la UPF.
La Sala de Reflexión de Tàpies en la UPF.

Pocas veces coinciden un buen número de directores de museos en un mismo acto. Una de los últimos fue en diciembre cuando la Fundación Tàpies celebró sus 25 años, un acto en el que muchos de los responsables de centros culturales de Barcelona (alcaldesa incluida), ayudaron a apagar las velas de un enorme pastel. Ayer, coincidiendo también con la celebración del cuarto de siglo de la puesta en marcha de la Universidad Pompeu Fabra, se reunieron hasta ocho directores de centro y museos: Pepe Serra, MNAC; Rosa Maria Malet, Fundación Miró; Xavier Antich, Fundación Tàpies; Bernardo Laniado-Romero, Museo Picasso; Vicenç Villatoro, CCCB; Jaume Reus, Arts Santa Mónica; Carles Guerra, Virreina; e incluso Miguel Zugaza, director del Museo del Prado venido desde Madrid. Todos —faltaron Manuel Borja Villel del Reina Sofía y Ferran Barenblit, del Macba, que también estaban invitados— apadrinaron la puesta en marcha de un recorrido por el patrimonio artístico y monumental de la UPF. “Queremos hacer de la universidad un lugar transparente y penetrable, para que deje de ser una ciudadela fortificada e inexpugnable”, explicaron Jaume Casals y Javier Aparicio, rector y delegado de Cultura de la UPF respectivamente, momentos antes de recibir a sus ilustres invitados.

Desde hace un cuarto de siglo esta universidad —que hace una semana ocupó el primer puesto en rendimiento tras analizar 20 universidades españolas— ha reunido un importante patrimonio artístico. Como las 25 obras pictóricas que han creado otros tantos artistas para cada uno de los cursos. Desde Barceló hasta Liechtenstein, pasando por Chillida, Amat, Guinovart, Ràfols-Casamada o Tàpies, entre otros. A estas obras, se les ha de sumar la escultura Cantata de Susana Solano, Escalera del entendimiento de Alfonso Alzamora y Memorial democrático, una caja de vidrio circular creada por MBM Arquitectes que homenajea a profesores represaliados por el franquismo, como Pompeu Fabra, que da nombre a la institución.

Los directores de los museos y centros de arte de Barcelona que asistieron a la presentación del recorrido de la UPF, en la 'capilla laica' de Tàpies.
Los directores de los museos y centros de arte de Barcelona que asistieron a la presentación del recorrido de la UPF, en la 'capilla laica' de Tàpies.UPF

Una de las señas de identidad de la UPF ha sido ocupar edificios en desuso tras su rehabilitación. Como los imponentes cuarteles de Jaume I y Roger de Llúria situados junto al Parque de la Ciutadela y el no menos impresionante Depósito de las Aguas que proyectó Josep Fontseré en 1874 con ayuda de un joven Antoni Gaudí, que hizo el cálculo estático del conjunto. El depósito, un laberinto con arcos de 14 metros de altura, que plantea un espectacular juego visual fue creado a imitación de la piscina romana de Mirabile de Bocoli cerca de Nápoles y nació para abastecer de agua a la cascada monumental del parque. Luego fue almacén de los bomberos, archivo del palacio de justicia y sede de entidades que acogían indigentes, enfermos mentales y huérfanos. Desde 1999, tras comprarlo la UPF, acoge su Biblioteca General, convirtiéndose en una auténtica catedral de los libros (300.000 volúmenes), donde cientos de estudiantes preparan sus asignaturas cada curso.

La sala, realizada por encargo en 1993, podrá visitarse dentro del UPF Art Track

La guinda del recorrido llamado UPF Art Track, que se presentó coincidiendo con el Día Internacional de los Museos, es la llamada Sala de Reflexión de Tàpies, una auténtica capilla laica, que el artista realizó por encargo de Enric Argullol, primer rector de la UPF, en 1993. El espacio —de 500 metros cúbicos, situado en una cripta iluminada de forma cenital— y su presentación tienen mucho de religioso. Como en un rito iniciático el visitante recorre tres salas. En la primera se exhibe un lienzo de Tàpies enfrentado con otro de Antoni Saura, además de una pantalla situada sobre un caballete en el que se muestran digitalmente las otras 23 obras.

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‘Sancta Sanctórum’

Tras ver un vídeo sobre el proceso condensado de creación de Tàpies, se accede al sancta sanctórum: la sala donde se expone el Díptico de la Campana (de cinco metros) y la escultura Serpiente y plato. Tàpies dispuso una veintena de sillas colgadas de una de las paredes de hormigón, realizó los esgrafiados y los dibujos de la puerta de acceso. Al justificar su obra escribió: “En unos momentos tan dominados por las culturas de la distracción y del negocio, cuando incluso algunos museos se pasan a los bulliciosos y a menudo tan alienantes espectáculos de masas, creo muy significativo que desde el mundo universitario recordemos la necesidad de unos espacios de silencio y de reflexión con los que el arte intensamente puede ejercer sus funciones más nobles y seguro que más útiles a los ciudadanos”. Ayer, ocho directores de museos de Barcelona y Madrid vieron la obra y leyeron su manifiesto. A partir de ahora (por 5 euros) todo el mundo también podrá hacerlo.

Depósito de las Aguas de la UPF que acoge la biblioteca.
Depósito de las Aguas de la UPF que acoge la biblioteca.UPF

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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