Charlas de salón

En el siglo XVII, cuando todavía faltaba mucho para advenimiento de los smartphones, las personas cultivadas disfrutaban enormemente del arte de la conversación. La Estancia Azul de Madame de Rambouillet (su palacio ocupaba el solar de uno de los pabellones del actual museo del Louvre) fue uno de los primeros lugares de encuentro donde intelectuales, artistas y aristócratas, hombres y mujeres, charlaban y se relacionaban. Y ella fue una de las primeras anfitrionas de estos saraos, de las primeras salonniéres.

Como recuerdo y homenaje al espíritu de aquellos salones (que ha pervivido de diferentes maneras, como por ejemplo en el caso de las diversas tertulias literarias, los cafés decimonónicos o, con perdón, la zafiedad del Sálvame) comienza en La Casa Encendida el ciclo De Salonnières, que, organizado por Juan Perno y Gloria G. Durán, llenará el centro cultural de charla y artes escénicas hasta el 29 de mayo.

Una de las salas de La Casa se convertirá en uno de estos salones, en el que se hablará de ciberpolítica, del pensamiento del corazón, de lo masculino en la pista de baile, del antiterrorismo como moda, de esa bebida fermentada llamada kombucha, de dadaísmo, de lo post-vegano no cocinado como acto político, de locas de pueblo, de pulpos, arañas y otros animales de ocho patas. El único límite es el límite de la curiosidad. Y hasta se hablará del mero acto de hablar y de las propias salonnières, en lo que han bautizado como Metasalón.

El evento estará aderezado, por aquello de que la voz se acompañe del cuerpo y el movimiento, por ocho propuestas escénicas y coreográficas que se representan por primera vez en Madrid, con ocho solistas femeninas: Carmen Meinhof, Jara Serrano, Claudia Pagés, Ana Natt, Angela Millano, Elpida Orfanidou, Agata Siniarska y Tania Arias.