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El Macba se reconcilia con la ciudad

La inauguración de la muestra sobre el punk en el arte fue la más concurrida de la historia del museo barcelonés

Un momento de la inauguración de la exposición sobre el punk en el Macba.
Un momento de la inauguración de la exposición sobre el punk en el Macba. Miquel Coll

Puede parecer una paradoja y sin embargo el punk, movimiento radical y destructor donde lo haya, ha conseguido reconciliar el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) con la ciudad. Tras el desgaste de las polémicas y una larga serie de exposiciones incapaces de conectar con el público, la inauguración de PUNK. Sus rastros en el arte contemporáneo, la primera gran apuesta del nuevo director Ferran Barenblit, reunió en la noche del jueves 2.244 personas, la afluencia más alta de toda la historia del museo, desde su apertura en 1995.

Más allá de la asombrosa concurrencia, lo sorprendente fue su composición. Había muchísimos jóvenes de los que pasan horas delante del Macba pero nunca entran y el mundo del arte al completo, con una concentración nunca vista antes de artistas, comisarios y galeristas, que ven en la nueva dirección la capacidad de reconducir el rumbo del buque insignia del arte contemporáneo barcelonés. Numerosos también los directores de otras instituciones, como Daniel Castillejo del Artium de Vitoria, Manuel Segade del CA2M de Madrid, María Inés Rodríguez del CAPC Burdeos; Ane Rodríguez de Tabakalera Donostia, Nimfa Bisbe, responsable de la colección de arte La Caixa; Martina Millà, jefa de exposiciones de la Fundación Miró y José Luis Paredes Pacho del Museo del Chopo de Ciudad de México, que acogerá la exposición tras su clausura en Barcelona, el 25 de septiembre.

Ada Colau con los artistas Joan Morey y Andreu Ubaldo, en la inauguración de la exposición sobre el punk.
Ada Colau con los artistas Joan Morey y Andreu Ubaldo, en la inauguración de la exposición sobre el punk.

Todos estaban de acuerdo en que la muestra comisariada por David G. Torres, estrechamente vinculado a la escena emergente y editor de la revista de arte online A-Desk, marcará un antes y un después en la historia del Macba y lo confirmaron continuando las charlas en los bares aledaños, mucho después de que el museo cerrara.

La noche estuvo repleta de anécdotas empezando por la destrucción de Terremoto, la obra de Tere Recarens, un inestable pasillo en madera rodeado de estanterías con vasijas de cristal y porcelanas. La idea era que con el paso del visitante algo cayera al suelo, pero el alud de gente provocó un desplome monumental que fue grabado en vídeo por la artista. Más que satisfecha con el éxito de su pieza, Recarens anunció que no la reconstruirá y que permanecerá tal y como quedó tras el paso de los visitantes, con el único añadido del vídeo de la espontánea e inesperada performance.

La inauguración coincidió también con la primera visita al museo de la alcaldesa Ada Colau, presidenta del consorcio que rige el Macba. Colau abandonó pronto la visita protocolaria encabezada por Ainhoa Grandes, presidenta de la Fundación Macba tras el fallecimiento de su esposo Leopoldo Rodés, para atender a los numerosos fans, ciudadanos y también varios artistas, que pedían hacerse un selfie con ella. El efecto multiplicador de las redes sociales repletas de las memorias visuales de la inauguración, dejan presagiar una buena afluencia también en los próximos días para esta muestra que reúne un centenar de obras de 60 artistas, entre pinturas, instalaciones, fotografías, vídeos y documentos.

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Colau y los artistas

La alcaldesa se quedó hablando un buen rato con el comisario y los responsables del museo y no dudó en beberse una cerveza (cuyas existencias se acabaron mucho más pronto de lo previsto) con los artistas.

Otros momentos álgidos de la noche fueron la actuación de Caustic en la obra de Joao Onofre, un contenedor lleno de instrumentos musicales y el concierto final de Germán Carrascosa en el atrio. Marcel.li Antúnez, por su parte, se encargó de la banda sonora ambiental con la estruendosa cacofonía de su banda pre punk de instrumentos creados a partir de desechos urbanos. La construyó en 1982 y se restauró para la muestra…. ¡una verdadera experiencia punk!

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