Interior deja la Junta de Seguridad para después de las elecciones

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha pospuesto la responsabilidad de convocar la Junta de Seguridad de Cataluña para después de las elecciones del 26 de junio. “No es un tema ordinario”, ha dicho, sobre la posibilidad de hacerlo con el Gobierno en funciones. Hace siete años, desde marzo de 2009, que no se reúne este organismo con la misión de debatir y llegar a acuerdos de manera bilateral sobre los asuntos de seguridad que afectan a las dos administraciones. Pero la lucha antiterrorista ha obligado a las dos partes a acelerar el proceso y reunirse, algo que se ha plasmado hoy en un encuentro, también excepcional, entre Fernández Díaz y el consejero catalán de Interior, Jordi Jané.

Fernández Díaz ha calificado la reunión de “extraordinariamente positiva” y ha anunciado la creación de una comisión paritaria, con cinco miembros a nivel estatal y cinco miembros a nivel autonómico, para llegar a acuerdos sobre la “lucha antiterrorista, el sistema de determinación de los niveles antiterroristas, y del grado de integración de los Mossos en el CITCO”.

El CITCO es el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado, un organismo clave donde se intercambia información sobre las principales investigaciones que lleva cada cuerpo policial. Los Mossos han participado en cinco reuniones de este organismo, pero no forman parte de él ni tienen acceso, de manera oficial, a esos datos. Una realidad, en un nivel 4 de alerta terrorista en una escala de 5, incomprensible para las personas implicadas en la lucha antiterrorista.

“Hay la voluntad compartida de que se produzca la presencia continuada de los Mossos y que se integren en el CITCO”, ha repetido Fernández Díaz, que sin embargo no ha aclarado cuándo se hará efectivo ese ingreso. Jané ha indicado que se materializará en los próximos días con un acuerdo, que pondrá negro sobre blanco el papel de los Mossos en la evaluación de la alerta terrorista, y como miembros del CITCO. El problema de fondo es competencial: tanto Mossos como el resto de cuerpos policiales recelan de sus colegas cuando hay que decidir quién lidera una investigación una vez los agentes de diferentes cuerpos policiales coinciden en los objetivos que investigan.